La Sunna en las Tradiciones

El camino del Profeta es el camino de Dios. Al ser la Sunna el camino del Profeta, los que la rechazan están, en el fondo, rechazando (y desobedeciendo) a Dios. Tal y como dijo el Profeta: «Quien me obedece, obedece a Dios; y quien me desobedece, desobedece a Dios».[501] Dicha desobediencia está «recompensada» con el Infierno: «Mi nación entrará en el paraíso, excepto los que se rebelen». Cuando se le preguntó quiénes eran dichos rebeldes, el Profeta respondió: «Quien me obedezca entrará en el Paraíso, y quien me desobedezca se rebela».[502]

La Sunna relaciona a los musulmanes del pasado, del presente y del futuro. También hace posible que los musulmanes mantengan su unidad, ya que constituye un sistema cultural único. Respecto a esto, el Mensajero dijo: «Los que vivan después de mí presenciarán muchas disputas y desacuerdos. Por lo tanto, seguid mi camino y el camino trazado por mis sucesores rectamente guiados y que guían rectamente. Asiros a dicho camino y aferraros a él con los dientes».[503]

Seguir la Sunna a nivel individual y colectivo, se convierte en algo de vital importancia cuando el Islam es atacado y los musulmanes pierden su supremacía. El Mensajero dijo que «cuando llegue el momento en que la comunidad musulmana rompa con el Islam y se desintegre, el que se aferre firmemente a la Sunna tendrá la recompensa de un mártir».[504] Según esto, se le debería preguntar a los que la critican lo que el Corán pregunta a los incrédulos: ¿Adónde vais? (80:26).

[501] Bujari, «Ahkam», 1; Ibn Maya, «Muqaddima», 1.
[502] Bujari, «I‘tisam», 2; Ibn Hanbal, 2:361.
[503] Abu Dawud, «Sunna», 5; Tirmizi, «Ilm» , 16; Ibn Maya, «Muqaddima» 6.
[504] Abu Nuaym, «Hilya», 8:200; Daylami, Musnad al-Firdaws, 4:198.