Sus milagros

Un milagro es un logro extraordinario que Allah Todopoderoso otorga en las manos de un Profeta para probar su Misión Profética, fortalecer la fe de los creyentes, y quebrar la obstinación de los infieles.

El Universo opera según leyes fijas que Allah ha determinado. Pero para estas leyes y el carácter uniforme de los acontecimientos naturales, todo estaría sucediendo en un flujo constantemente cambiante e inestable y por lo tanto no podríamos haber descubierto las leyes Divinas de la naturaleza o habernos dado cuenta de ninguno de los desarrollos científicos. Aunque recientes descubrimientos en la física nuclear han aclarado que cualquier cosa que existe es una ola en continuo movimiento y por lo tanto no es posible decir que un segundo después su existencia estará en el mismo estado que ahora, sobre la superficie todo ocurre según los principios que la física «clásica» o newtoniana estableció.

Normalmente, la vida tiene sus propias leyes según las cuales nos comportamos. Necesitamos una cierta cantidad de alimentos y agua para satisfacer nuestro apetito y nuestra sed y vamos al doctor cuando estamos enfermos. Utilizamos animales para hacer cierta clase de trabajo para nosotros pero no podemos hablar con ellos. Los árboles están fijos y ni las piedras ni las montañas nos saludan. Actuamos en conformidad con las leyes de la gravitación y repulsión y no intentamos coronar al cielo sin primero hacer cálculos basados en esas leyes.

Todas estas y otras leyes son para nosotros; pero para ellas, como señalamos arriba, la vida sería imposible para nosotros. Sin embargo, ya que Allah las ha determinado, Él no depende ni está atado a ninguna de estas leyes en absoluto. Por lo tanto, algunas veces puede anular cualquiera de estas leyes o cambiar el flujo común de los acontecimientos y crear un incidente «extraordinario» en las manos de un Profeta, para proveer una prueba por su Misión Profética o demostrar que es capaz de hacer lo que quiera en cualquier momento que lo desee. Llamamos a tal incidente un «milagro». La palabra original en la literatura islámica traducida como milagro es muyiza, que significa literalmente algo que hace a otros incapaces de producir algo como eso. Si Allah crea tal incidente en las manos de un santo, no un Profeta, entonces es llamado karama, que significa literalmente, un «favor extraordinario». Estos favores constituyen otra prueba para la Misión Proféticade Muhammad, y la verdad del Islam.

Hay innumerables karama que Allah concedió los musulmanes. Una clase de estos consiste en pronosticar los acontecimientos futuros. Por ejemplo, aunque ha muerto casi medio siglo antes del establecimiento del Estado Otomano, Muhyiddin ibn al-Arabi escribió en su Shayarat al-Nu´maniyya sobre los otomanos y predijo la conquista de Damasco y Egipto por ellos. También escribió que Murad IV marcharía sobre Bagdad y la conquistaría tras un sitio de 41 días, y que el Sultán Abd al-Aziz sería asesinado cortándole las venas de sus muñecas. Escribe en su obra mencionada: «Cuando "S" entre en "SH", el lugar de entierro de Muhyi al-Din será descubierto». Usando símbolos en sus predicciones, con «S» quiere decir «Selim», y con «SH», Sham (Damasco). Como el resto de sus predicciones, esta también se hizo realidad cuando el Sultán Otomano Selim I conquistó Damasco, había descubierto el lugar de entierro de ibn al-Arabi y ordenado que se construyera una tumba.

Como otro ejemplo, Mushtaq Dada de Bitlis, una provincia oriental de Turquía, predijo setenta y un años antes en verso que luego de muchas guerras y convulsiones Ankara sería la ciudad capital de Turquía. Es bastante interesante, Mushtaq Dada da el nombre de alguien que cambiaría la ciudad capital de Estambul a Ankara. Cuando combinas las letras iniciales de las líneas del verso de Mushtaq Dada, leerás el nombre Kemal.

Allah Todopoderoso benefició a todos Sus Profetas con el don de obrar milagros. Sin embargo, ya que todos los Profetas anteriores fueron enviados a un cierto pueblo y su Misión Profética estuvo restringida a una cierta época y gente, los milagros que obraron se caracterizaron por las artes u oficios en la época de cada uno .Por ejemplo, ya que en tiempos de Moisés, la hechicería disfrutaba de gran prestigio en Egipto, Allah Todopoderoso favoreció a Moisés con un «báculo» que transformaría en una serpiente que se tragaría todos los productos de los hechiceros. Asimismo, en la época de Jesús, las artes curativas disfrutaban de gran prestigio y la mayoría de los milagros que Jesús obró pertenecieron a la curación. Con respecto al Profeta Muhammad, ya que su Misión Profética es universal y la «puerta» de la Misión Profética se cerró para siempre detrás de él, los milagros que obró son muy diversos y relacionados con casi todas las especies de la creación.

Cuando el ayuda de campo de un gobernador enaltecido entra a una ciudad, llevando diversos regalos del gobernador, un representante de cada uno de los diferentes pueblos o de cada uno de los grupos profesionales, sociedades o asociaciones de esa ciudad le da la bienvenida alegremente, cada uno a su manera. Similarmente, cuando el supremo Mensajero del Soberano Eterno honró al Universo como un enviado para los habitantes de la tierra, trayendo del Creador la luz de la verdad y los regalos espirituales que están relacionados con las verdades de todo el universo, cada tipo de entidad —desde los elementos minerales hasta las plantas, los seres animales y humanos, y desde la Luna y el Sol hasta las estrellas— le dio la bienvenida a su manera, con su lenguaje y se convirtió en un medio para un tipo de sus milagros.

Cada palabra, acto y estado del noble Profeta, atestigua su Misión Profética y su fidelidad, pero todas ellas no necesitan necesariamente ser milagrosa. Pero el Todopoderoso lo envió con la forma de un ser humano para que pudiera ser una guía y un líder para los seres humanos en todos sus asuntos individuales y colectivos, a través de los cuales pueden alcanzar la felicidad en ambos mundos, y para que pudiera descubrir a la humanidad las maravillas del arte de Allah y las obras de Su Poder, que cada una es en realidad, un milagro aunque nos parezcan comunes y familiares. Si hubiera sido extraordinario en todos sus actos, entonces no hubiera podido ser una guía para los seres humanos y no los hubiera instruido a través de sus palabras, actos y actitudes. Sin embargo, fue provisto con algunos fenómenos extraordinarios para probar su Misión Profética a los infieles obstinados y así ocasionalmente obró milagros. Pero estos nunca ocurrieron de una manera tan obvia como para que la gente se sintiera obligada a creer contra su voluntad. Pues, de acuerdo con el ensayo y la prueba que el hombre tiene que pasar en el mundo, el camino de la verdad se le debe mostrar sin privarlo de usar su libre albedrío. Si los milagros hubieran ocurrido de una manera tan aparente como para obligar a que la gente creyera, sin permitirles usar su poder de elección, entonces la inteligencia hubiera quedado sin elección y no hubiera quedado ningún sentido para probar al hombre en esta vida y en su ser la más noble de la creación dotada con un libre albedrío e intelecto.

La mayoría de los milagros del Profeta, suman alrededor de mil, fueron relatados, primero, por un grupo de Compañeros y luego por numerosos narradores y autoridades confiables, y fueron registrados en los auténticos libros de la Tradición. Conrespecto al resto de ellos, aunque fueron relatados cada uno por uno o dos Compañeros, debieron haber sido indisputables, ya que más tarde adquirieron unanimidad al ser aceptados como verídicos por autoridades fehacientes y narrados por más de una cadena de transmisión. Además, la mayoría de esos milagros ocurrieron ante la presencia de grandes reuniones, durante una campaña militar, una ceremonia de casamiento o en ocasiones similares como un banquete, y uno o dos de los que estaban presentes relató el milagro y los demás lo confirmaron permaneciendo en silencio. Por lo tanto, los milagros registrados en los libros auténticos de la Tradiciónson indisputables y es imposible negarlos o rechazarlos.

Ejemplos de los Milagros del Profeta

El Corán declara:

Glorificado sea Él que llevó a Su sirviente durante la noche desde la Sagrada Mezquita(Masyid al- Haram) hacia Masyid al-Aqsa, el vecindario que Hemos bendecido, para que pudiéramos mostrarle Nuestras señales. Seguramente Él es el que Todo lo Oye, el que Todo lo Ve (17:1).

Luego se acercó y bajó, hasta que estuvo a la distancia de dos arcos o incluso más cerca, y le reveló a Su sirviente lo que le reveló. El corazón (de Su sirviente) no mintió (al ver) lo que vio (53:8-11).

La Ascensión es uno de los más grandes milagros del Profeta Muhammad. El Profeta realizó una perfección espiritual y un refinamiento completo a través de la creencia y la adoración, y como una recompensa, Allah lo llevó ante Su sagrada Presencia. Escapando de la encarcelación de las leyes «naturales» y las causas materiales y elevándose más allá de los límites de la existencia corporal, el Profeta, cruzó velozmente las distancias y trascendió todas las dimensiones del mundo material hasta llegar a la sagrada Presencia de Allah.

La física atómica ha cambiado muchas nociones en la física y estableció que el mundo material es una dimensión o una apariencia de la existencia. Además de este mundo, hay muchos otros o dimensiones de existencia, cada uno tiene sus propias particularidades. Einstein presentó la noción de que el tiempo sólo es una de las dimensiones de la existencia. La ciencia aún no ha extraído las conclusiones finales sobre la existencia y los nuevos fallos y desarrollos cambian continuamente nuestra visión sobre ella. Por lo tanto, especialmente en nuestra época, es completamente ilógico cuestionar el acontecimiento de la Ascensión. Lagente tiene dificultad para entender cómo alguien puede penetrar todo el tiempo en el mismo momento como un solo punto. Para entender este sutil asunto, consideremos la siguiente analogía.

Imagina que estás parado con un espejo en la mano, con todas las cosas que se reflejan a la derecha representando el pasado, mientras que todo lo que se refleja a la izquierda representa el futuro. El espejo puede reflejar solamente una dirección ya que no puede mostrar ambos lados al mismo tiempo mientras lo sostienes. Si deseas reflejar ambas direcciones al mismo tiempo, tendrás que levantarlo por arriba de la posición original para que las direcciones izquierda y derecha se unan en una y no quede nada que se llame primero o último, comienzo o final.

En la Ascensión, el Profeta Muhammad, se debió haber movido con la velocidad del espíritu y viajó a través del tiempo y el espacio y todas las dimensiones de la existencia en un período muy breve. Durante ese viaje celestial, se encontró con los Profetas anteriores, vio ángeles y observó las bellezas del Paraíso y los terrores del Infierno. También observó las realidades esenciales de todos los asuntos Coránicos y los significados y sabiduría de todos los actos de adoración. Fue hasta los reinos en donde incluso el más grande de los ángeles, Gabriel, no puede llegar y fue honrado con la visión del «Rostro» de Allah libre de cualquiera de las dimensiones y restricciones cualitativas y cuantitativas. Luego, para sacar a la humanidad de la oscuridad de la existencia material hacia el reino iluminado de la creencia y la adoración, a través del cual pudieran realizar una ascensión «espiritual» cada uno según su capacidad, volvió al mundo en donde fue sometido a todo tipo de persecución.

La partición de la Luna. El milagro de la partición de la Luna fue demostrado delante de cierta asamblea que persistía en negar la Misión Profética de Muhammad. Como fue relatado por Abdullah ibn Mas´ud, mientras estaban en Mina una noche, el Profeta dividió la Luna en dos con un gesto de su dedo índice. Una de las mitades de la Luna apareció detrás de la montaña y la otra frente a ella. Luego, el Profeta se dirigió a nosotros y dijo: ¡Sed testigos!1 La Hora se ha acercado, y la Luna se ha partido. Pero cada vez que ven una señal, apartan la vista y dicen: «Esto es ciertamente magia ».(54:1-2)

Los ejemplos de los milagros del profeta documentados en la LiteraturaIslámica

Como fue relatado por Anas ibn Malik, Abu Talha, al ver con hambre al Mensajero de Allah, lo invitó a una comida. El Mensajero, llegó con una multitud de gente. Abu Talha sólo tenía una hogaza de pan de centeno en la casa. Umm Sulaym, la esposa de Abu Talha, esparció un poco de manteca sobre el pan. El Mensajero rezó por abundancia, y ya que no había suficiente espacio para toda la gente, comieron el pan de diez en diez y quedaron satisfechos. Eran alrededor de setenta a ochenta personas.2

En otro ejemplo, Abdurrahman ibn Abi Bakr relata que ellos, los ciento treinta Compañeros, estaban acompañados del Mensajero de Allah durante una expedición. El Mensajero les preguntó si tenían algo para comer. Uno de ellos tenía uno o dos costales de harina. Se preparó la masa para hacer pan y se trajo una oveja de un politeísta que pasó por casualidad con su rebaño. Asaron el hígado de la oveja, que el Mensajero dividió entre los que estaban presentes, dándole a cada uno un pedazo, y puso a un lado la parte de los que no estaban allí presentes. Cocinaron la carne en dos cuencos y todos comieron de ahí. Luego terminaron y todos estuvieron satisfechos, pero la carne todavía estaba como si nadie hubiera comido de ella.3

Hay muchos otros ejemplos de este tipo de milagros. Todos fueron transmitidos a través de varias cadenas de información. La mayoría de ellos sucedieron en la presencia de grandes asambleas y fueron narrados por muchas personas de reputación verídica y buena.

El que creó el Universo e hizo que su operación dependiera de ciertas leyes que Él estableció, seguramente es capaz de cambiar esas leyes para Su sirviente y enviado especial y amado.

Especialmente en nuestra época, cuando los científicos ya han abandonado la noción mecánica del Universo y defienden la relatividad en su operación, no es una actitud racional o científica negar los milagros, sobre la base del determinismo o la casualidad absolutos. Además, los milagros no ocurren tan completamente libres de las causas materiales, a pesar de que sean pequeños e insignificantes. Dado que vemos cómo Allah Todopoderoso hace que las cosas más pequeñas produzcan entidades muy grandes —Él crea al hombre de un espermatozoide microscópico y hace posible que la memoria del hombre contener tanto conocimiento como para poder llenar una biblioteca— ¿cómo podemos atrevernos a negar los milagros? ¿No es la creación del hombre que, aunque esencialmente sea tan débil como para ser derrotado por un microbio, está dotado de tales facultades como para hacer computadoras que guarden en sus memorias tanto conocimiento como para poder llenar bibliotecas, un milagro menor que facilitarle a un sirviente Suyo darle un aumento bendito a alguna comida o bebida? En verdad, ¿no es realmente un milagro cada acontecimiento en el Universo, cada acto de Allah, y que somos incapaces de hacer algo semejante?

Ejemplos de los milagros del profeta con respecto al agua. Los Compañeros se habían quedado sin agua en un lugar llamado Zarwa. Iban a hacer wudu (la ablución ritual) pero no pudieron encontrar suficiente agua. El Mensajero de Allah, les ordenó que trajeran un cuenco con agua. Sumergió las manos dentro del cuenco y el agua comenzó a correr desde sus dedos como una fuente. Anas ibn Malik dice que en aquél día había trescientas personas4.

Anas relatan este incidente en nombre de las trescientas personas. ¿Es totalmente concebible que esas trescientas personas no lo hubieran confirmado, si creían que él era auténtico, o lo hubieran contradicho de haber sido de otra manera?

Como segundo ejemplo, durante la campaña de Judaybiya, los Compañeros se quejaron ante el Mensajero de Allah por la falta de agua. El Mensajero, sacó una flecha de su carcaj y les ordenó ponerla en la fuente de Samad. Cuando lo hicieron, el agua de la fuente comenzó a manar. Durante la campaña, todos los Compañeros bebieron de ella e hicieron wudu con ella5.

Hay muchos ejemplos de los milagros del Profeta con respecto al agua. Fueron relatados por numerosos Compañeros y transmitidos a través de varios canales fidedignos.

Ejemplos de los milagros de cura de gente enferma y herida. Los libros auténticos de la Tradición, incluyendo principalmente Sahih al-Bujari y Sahih al-Muslim, citan:

Durante la Batalla de Jaybar, el Mensajero de Allah, preguntó dónde estaba Ali. «Sufre de dolores en los ojos», respondieron los Compañeros. Mandó a que lo trajeran. Ali llegó y el Mensajero aplicó en sus ojos su saliva curativa. En el mismo momento el dolor cesó y los ojos de Ali estuvieron mejor que antes6.

Uzman ibn Hunayf relata:

Un ciego llegó ante el Mensajero de Allah y le suplicó que le rezara a Allah para que recuperara sus ojos. El Mensajero dijo: si lo deseas, no rezaré —ser ciego puede ser mejor para tu vida futura— o sí lo haré. El ciego eligió ser aliviado de la ceguera y el Mensajero le dijo: Ve y haz la ablución. Luego reza dos rakas y di: « ¡Oh, Allah! Seguramente mi súplica es para Ti y me dirijo a Ti a través del Profeta Muhammad, el Profeta de la misericordia. Oh, Muhammad, seguramente me dirijo a Allah a través de ti, para que Él descubra mi visión. Oh, Allah, hazlo mi intercesor».

El hombre hizo l que le dijo el Mensajero y recuperó su visión.7

Hay muchos más ejemplos con respecto a esta clase de milagros del Mensajero de Allah, todos están registrados en los libros de la Tradición.

El reconocimiento del reino animal hacia la figura del Profeta Muhammad. El reino animal reconoció al Mensajero de Allah, y se convirtieron en el medio para que obrara milagros. Aunque hay muchos ejemplos, mencionaremos aquí sólo unos pocos que se han conocido y han estado de acuerdo con las autoridades.

Durante la Hégira, cuando el Mensajero de Allah, buscó refugio de la persecución de los infieles en la cueva de Thawr, dos palomas se pusieron a custodiar en la entrada como dos centinelas, y una araña, como un portero, cubrió la entrada de la cueva con una espesa telaraña. Mientras Ubayy Jalaf, uno de los jefes de los Coraichies, estaba examinando la cueva, sus amigos le sugirieron que entraran, pero él respondió: «Aquí hay una telaraña, que parece haber sido tejida antes del nacimiento de Muhammad». Los otros agregaron: « ¿Esas palomas, allí situadas, estarían ahí si alguien estuviera en la cueva?»8

Como otro ejemplo que relata Yabir:

Estaba con el Mensajero de Allah durante una campaña militar. Cuando mi camello se agotó y quedó atrás, el Mensajero de Allah lo empujó ligeramente. Esto hizo tan rápido al camello que tuve que tirar de las riendas para que fuera más lento para poder oír al Mensajero, pero me fue imposible (que disminuyera la velocidad)9.

Anas ibn Malik cita:

Después de la conquista de Jaybar, una judía le ofreció al Mensajero de Allah una oveja asada. El Mensajero de Allah, que la paz y las bendiciones estén con él, comió un pedazo pero, según la narración de Abu Dawud, paró de comer y dijo: «Esta oveja dice que está envenenada».Luego se dirigió a la mujer y le preguntó por qué le ofreció una oveja envenenada. Cuando la mujer respondió que quería matarlo, el Mensajero respondió: «Allah no dejará que me ataques y me enojes»10.

Aisha relata:

Teníamos en nuestra casa una paloma. Cuando el Mensajero de Allah, estaba en el hogar, esta estaba quieta, pero tan pronto como él dejaba el hogar, caminaba continuamente de un lado al otro11.

Anas ibn Malik relata:

El Mensajero de Allah, era la persona más gentil, más generosa y más valiente. Una noche la gente de Medina oyó voces y se puso a investigar con miedo. En su camino, vieron a un hombre yendo hacia ellos, que parecía ser el Mensajero de Allah. Y les dijo: No hay nada por lo que angustiarse. Había montado el caballo de Abu Talha y él mismo investigó el asunto antes que cualquier otro. Se dirigió hacia Abu Talha y le dijo: Encontré a tu caballo rápido y cómodo, cuando el caballo había sido antes muy lento. Tras aquella noche, ningún otro caballo pudo correr contra este12.

Los ejemplos de los milagros del profeta con respecto a los objetos inanimados. Jabir ibn Samura registra:

El Mensajero de Allah, una vez dijo: Antes de mi Profecía, una roca en La Meca solía saludarme. Todavía la reconozco.13 Abdullah ibn Mas´ud registra: Podíamos oír a la comida glorificando a Allah mientras estábamos comiendo con el Mensajero de Allah14.

Los tradicionistas citan unánimemente de Anas, Abu Hurayra, Uzman y de Said ibn Zayd, que dijo:

El Mensajero de Allah, subió al Monte Uhud, acompañado por Abu Bakr, Omar y Uzman. La Montaña, por temor reverencial hacia ellos o por su alegría, tembló. El Mensajero de Allah le ordenó:«Quédate tranquila, oh, Uhud, pues sobre ti hay un Profeta, uno verdadero, y dos mártires»15.

En este dicho, el Mensajero predijo el martirio de Omar y Uzman.

Se estableció a través de las narraciones auténticas de Ali, Yabir y Aisha Siddiqa que las rocas y las montañas le decían al Mensajero de Allah: «Que la paz esté contigo, ¡oh, Mensajero de Allah!» Ali dice: «Siempre que íbamos a pasear a los suburbios de La Mecaen las primeras épocas de su Profecía, los árboles y las rocas que encontrábamos decían: «Que la paz esté contigo, ¡oh, Mensajero de Allah!»16

La protección del Profeta como un milagro. Como se relató a través de varias fuentes:

Durante la campaña militar de Ghatfan y Anmar, un valiente jefe llamado Ghowras apareció inesperadamente al lado del Mensajero de Allah, que yacía debajo de un árbol. Ghowras desenfundó la espada y le preguntó al Mensajero de Allah: « ¿Ahora quién te salvará de mí?»« Allah lo hará», respondió el Mensajero. Luego rezó: Oh, Allah, protégeme de él de la manera que Tú quieras17. En ese momento, Ghowras fue derribado y su espada se deslizó de la mano. El Mensajero de Allah, tomó la espada y le preguntó: Ahora, ¿quién te salvará de mí?

Ghowras comenzó a temblar y le suplicó al Mensajero de Allah que le perdonara la vida. «Eres noble, y alguien que perdona; sólo el perdón se espera de ti», rogó él. El Mensajero de Allah lo perdonó, y cuando Ghowras volvió a su tribu, les dijo: «He venido del mejor de la humanidad»18.

Abu Hurayra relata:

Abu Yahl una vez les preguntó a los que estaban cerca de él: « ¿Muhammad todavía frota su rostro contra la tierra (es decir, hacer la prosternación)?»

«Sí», respondieron.

Abu Yahl agregó:

«Por Lat y Uzza, si lo veo haciendo eso otra vez, le pisaré el cuello o enterraré su rostro con tierra».

Un poco después el Mensajero de Allah llegó y se puso para rezar. Cuando estaba prosternado, Abu Yahl se le aproximó pero repentinamente retrocedió con miedo y asombro, tratando de protegerse con sus manos. Cundo se le preguntó por qué lo había hecho, respondió: En verdad, entre él y yo hay una zanja llena de fuego, algo horrible y algunas alas.

El Mensajero de Allah comentó el acontecimiento: Si se hubiera aproximado a mí, los ángeles lo hubieran hecho pedazos.

Allah le prometió protegerlo contra la gente:

¡Oh Mensajero! Haz conocer lo que se te reveló de tu Señor, pues si no lo haces, no habrás llevado Su Mensaje. Allah te protegerá de la gente. Seguramente, Allah no guía a la gente infiel (5:67).

La aceptación de las plegarias del Profeta. Las autoridades del Hadíz (Tradición) incluyendo, notablemente, a Imam Bujari e Imam Muslim, de manera categórica registran que siempre que el Mensajero de Allah rezaba por lluvia, su plegaria inmediatamente era aceptada por Allah. Incluso había veces que la lluvia inesperadamente comenzaba antes de que bajara sus manos mientras estaba en el púlpito. Como se mencionó en los libros de la Tradición y la biografía del Profeta, cuando su ejército se quedaba sin agua, las nubes aparecían para darles agua. Incluso en su infancia, su abuelo Abdulmuttalib fue con él a rezar por lluvia, y ésta vino del amor de Allah hacia él. Este hecho se hizo famoso a través de un poema de Abdulmuttalib. Después de la muerte del Profeta, Omar una vez llevó a Abbas como un medio para rezar por lluvia, diciendo: «Oh, Allah, este es el tío de Tu amado Profeta. Danos la lluvia por amor a él». Después de esto llovió19.

Como fue informado por Anas ibn Malik, mientras el Mensajero de Allah estaba dando sermón un Viernes, entró un hombre a la mezquita y le dijo: «¡Oh, Mensajero de Allah! Hay sequía. Por favor reza a Allah para que nos envíe lluvia».El Mensajero rezó y llovió hasta el siguiente Viernes.

La lluvia continuó durante una semana. Al siguiente viernes, mientras el Mensajero de Allah estaba en el púlpito dando otra vez un sermón, un hombre se paró y le dijo: « ¡Oh, Mensajero de Allah! Por favor rézale a Allah para que retire la lluvia». El Mensajero rezó: ¡Oh, Allah! Envía la lluvia a los lugares de nuestro alrededor, no a nosotros. Anas, quien relato del acontecimiento, dice: Por Allah, que vi desaparecer y desperdigarse las nubes y la lluvia cayó en otros lugares, la gente de Medina ya no está debajo de la lluvia20.

Abdullah ibn Omar relata:

Cuando el número de Compañeros era aproximadamente de cuarenta, el Mensajero de Allah, rezaba: «¡Oh, Allah! Da fuerza al Islam por medio de aquellos, a saber Omar ibn al-Jattab y Amr ibn al-Hisham, que están más complacidos contigo».A la mañana siguiente, Omar llegó ante el Mensajero y aceptó el Islam.21

Abdullah ibn Abbas informa:

El Mensajero de Allah se encontraba en el baño cuando una vez le llevé agua allí donde quería hacer wudu.Cuando salió, preguntó quién había puesto el agua allí. «Yo fui», respondí. Entonces él rezó: «Oh, Allah, hazlo profundamente conocedor de la religión y enséñale el significado del Corán».22

Es por esta plegaria del Mensajero para ibn Abbas que Ibn Abbas luego sería llamado con los títulos el «Profundo Erudito de la Umma» y el «Traductor del Corán». Cuando todavía era un joven, Omar lo incluyó en su asamblea consultiva que consistía de eruditos de alto rango y los mayores de los Compañeros.

Anas ibn Malik relata:

Mi madre me llevó ante el Mensajero de Allah y dijo:

¡Oh, Mensajero de Allah! Este es mi hijo Anas. Déjalo que te sirva. Por favor reza por él.

El Mensajero rezó: ¡Oh, Allah! Da abundancia a su riqueza y descendencia.

Anas comentó en su vejez, jurando por Allah: «Ven la abundancia de mi riqueza, y los hijos y nietos que tengo son alrededor de cien»23.

Abu Hurayra una vez se quejaba ante el Mensajero de Allah por su falta de memoria y olvido. El Mensajero le dijo que desplegara una tela sobre el suelo. Luego hizo algunos movimientos como si estuviera llenando sus manos con algunas cosas invisibles y vaciándolas en el pedazo de tela. Luego de repetir esto tres o cuatro veces, le dijo a Abu Hurayra que la levantara. A través del efecto misterioso de estas acciones del Mensajero, Abu Hurayra, como declaró luego él mismo jurando por Allah, nunca más se olvidó de nada. Este acontecimiento también está entre los que fueron relatados por los Compañeros24.

El Profeta se encuentra con los ángeles y los genios y les habla.

Omar informa:

Estábamos sentados con el Mensajero de Allah, cuando apareció un hombre al lado nuestro. Tenía cabello oscuro y usaba una túnica blanca. No había señales de viaje en él. Se sentó delante del Mensajero y, tocando sus rodillas con las del Mensajero, le preguntó sobre la fe, el Islam, la perfección de la virtud (ihsan)y el Último Día. Tras la entrevista, el hombre se fue y desapareció. El Mensajero de Allah, se volvió a mí y preguntó quién era ese hombre. «Dios y Su Mensajero lo conocen mejor», respondí. El Mensajero concluyó: «Era Gabriel. Vino a enseñarte tu religión»25.

Sa´d ibn Abi Waqqas relata:

En la Batallade Uhud, vi a dos hombres vestidos de blanco a cada lado del Mensajero de Allah, peleando por él. Nunca antes los había visto, ni los he visto desde entonces26. (Sa´d quiso decir que eran dos arcángeles, Gabriel y Miguel.)

Rifa´a ibn Rafi relata:

Gabriel le preguntó al Mensajero de Allah cuál era su opinión sobre los Compañeros que participaban en la Batalla de Badr. El Mensajero respondió así:«Los consideramos entre los más virtuosos de los musulmanes».Gabriel respondió: «Nosotros también; consideramos los ángeles que estaban presentes allí entre los más virtuosos de los ángeles»27.

En su Musnad, Ahmad ibn Hanbal informa de Abdullah ibn Mas´ud que el Mensajero de Allah, invitó a que los genios aceptaran el Islam y que se les enseñara el Corán28.

La aparición de objetos y reinos invisibles dentro del contexto de los milagros del Profeta.

Aisha Siddiqa informa:

Un día hubo un eclipse solar. El Mensajero de Allah, hacía la plegaria del eclipse y luego explicó:

«Seguramente, el Sol y la Luna son dos señales de Allah. Cuando seáis testigos de un eclipse, rezad hasta que termine. Por Allah, que en este lugar donde he hecho la plegaria he visto todo lo que se me prometió. Cuando me vieron moverme hacia delante durante la plegaria, lo hice para tomar un racimo de uvas que se me aparecieron desde el Paraíso .Y de nuevo, por Allah, que cuando me vieron moverme hacia atrás, lo hice porque vi al Infierno rugiendo apilándose unas sobre otras»29.

Abdullah ibn Abbas narra:

El Mensajero de Allah, pasó junto a dos sepulturas y dijo:

«Presten atención a lo que digo: Esos que yacen en aquellas sepulturas están sufriendo tormentos. Están sufriendo tormentos por dos pecados graves. Uno de ellos solía murmurar de los demás y difamarlos en todas partes. El otro no era cuidadoso (protegiéndose) contra las manchas de orina»30.

Yabir ibn Abdullah informa:

Estábamos caminando con el Mensajero de Allah. Bajamos por un valle ancho. El Mensajero buscó un lugar para descansar. Cuando vio que no había ni un solo lugar cubierto, fue hacia los dos árboles que había divisado junto al valle. Tiró uno de ellos de una de sus ramas, al lado del otro árbol. El árbol fue como un camello obediente al ser tirado de sus riendas. Y se dirigió a ellos: « ¡Únanse sobre mí con el permiso de Allah! Los árboles se unieron y formaron una pared»31.

Abdullah ibn Omar informa:

El Mensajero de Allah, solía apoyarse contra un poste llamado el «tronco de la palmera» cuando pronunciaba un sermón. Luego fue construido un púlpito y cuando el Profeta comenzó a dar sus sermones desde este, el poste se quejó porque se había separado de él. El Mensajero bajó y lo golpeó. El poste dejó de quejarse32.

Abu Sa´id al-Judri menciona:

El Mensajero de Allah le dio a Qatada ibn Nu´man un palo en una noche oscura, diciendo: «Este palo alumbrará hasta siete metros alrededor de ti. Cuando llegues a casa, verás una sombra negra. Sin darle respiro a que te diga algo, golpéala con este palo».

Qatada hizo lo que el Mensajero de Allah le dijo33.

Los milagros no pueden ser negados.

• El noble Profeta, declaró que era un Profeta y, como prueba de su Profecía, presentó el glorioso Corán y casi mil milagros. Es tan cierto que han ocurrido esos milagros como el hecho de que declaró su Profecía. Esto prueba innegablemente el acontecimiento de esos milagros que incluso el más obstinado de los infieles, como se relata en algunos lugares del Corán, lo acusó de hechicería. Incapaces de negar los milagros, los tomaron por hechicería para continuar no creyéndole o para desorientar a sus seguidores.

   Los milagros del Profeta Muhammad, son tan ciertos que han sido unánimemente confirmados y registrados por las autoridades de