¿Es El Islam una creencia basada en el amor y la tolerancia? Existen diferentes opiniones acerca de ello en los países occidentales.

La gente con acercamientos político-ideológicos al Islam observan el asunto a través de lentes basadas en dominantes y poderosos sistemas de pensamientos e ideologías, y de este modo elaboran diferentes conceptos acerca del Islam. Esto puede ser debido a un cierto prejuicio, o a la inconsistencia de algunos musulmanes, o de aquellos que parecen ser musulmanes.

Algunos musulmanes han tratado de reconciliar el Islam de manera compungida con ordinarios sistemas de pensamientos e ideologías, y así han dejado de representar el Islam en su propia naturaleza, mostrando una imagen diferente durante diferentes períodos. Por ejemplo, hacia finales del S.XIX e inicios del S.XX, el Islam estaba vinculado al liberalismo, al capitalismo y a los valores sobre los cuales están basados estos. Después de la Segunda Guerra Mundial, cuando se elevó la popularidad de las corrientes socialistas y comunistas en los países del tercer mundo y en el mundo Islámico, el Islam comenzó un acercamiento al socialismo. Sin embargo, hoy está siendo yuxtapuesto con la globalización y los valores que son posteriormente establecidos en la sociedad, siendo representado como opuesto al Islam de ayer y comparado principalmente como un sistema económico y un régimen político. Este es un Islam diferente que está siendo superpuesto a otras interpretaciones, a fin de dilucidar el orden social y la situación en la que nos encontramos, en nombre del mismo Islam. Esta interpretación es presentada de tal modo que parezca un punto de vista islámico, degradando al Islam hasta hacerlo pasar como una filosofía reaccionaria.

El Islam es un medio, una vía muy especial, aplicable en todos los campos, y con métodos alternativos. El Islam proporciona diversas soluciones para todos los asuntos, desde la primera aceptación de la creencia en la conciencia, hasta cualquier detalle ético que atañe a nuestras vidas, desde las cuestiones relacionadas con los problemas más insignificantes del individuo y la vida familiar, hasta las cuestiones sociales más complicadas, sin descuidar incluso el más trivial asunto. Cada mensaje que nos trae el Islam es como una canción de paz universal, una partitura de la armonía social y un aliento de tolerancia y diálogo. La grosería, la torpeza, el rencor y el odio son la imagen especular que emana de la concentración espiritual de aquellos que se oponen al Islam, aquello que ha sido regurgitado debido a la indigestión de seguidores ignorantes. En un corazón en el cual ha entrado el Islam y se ha asentado, hay solamente amor, cariño y tolerancia por la causa de Dios y los seres vivos creados. La creencia y la unión con Dios no pueden estar junto al rencor, el odio y la furia, todos alojados en el mismo corazón. Y si el corazón subraya y refuerza su creencia y unión con Dios, y mantiene sus destellos mediante diversos rezos cada día, semana o año, no puede haber ninguna posibilidad para tal corazón de permanecer vulnerable a cualquier clase de la hostilidad.