¿Por qué hay críticos que ven al Movimiento como antagónico?

La centralidad social del Movimiento, la definición autónoma de las necesidades personales, la continua relación mediadora entre la asistencia social, la sanidad, y la educación por un lado, y el individuo, la familia y la comunidad por el otro, otorga a la experiencia de cada día una función. Esto sitúa a la acción en una progresión continua que va de la diferencia a la innovación o al cambio, a la creación de nuevos escenarios abiertos a la acción positiva y a la cultura. Es posible que los grupos e intereses dominantes hayan descuidado o descuiden aún esos escenarios, y por tanto puede que vean ese cambio e innovación como una amenaza a su control político o a sus intereses y por consiguiente le atribuyan un carácter explícitamente antagónico.