Prefacio

El Misericordioso. Ha enseñado el Corán. Ha creado al ser humano, le ha enseñado el habla[1]
Nun. ¡Por el Cálamo y lo que escriben con él línea a línea![2]

La existencia del mal en el mundo es siempre una cuestión perturbadora. Puede que incluso haya algunos que estén buscando la respuesta con toda seriedad. Y sin embargo, en lo que respecta a este tema, una parte de nosotros parece hacerse eco de ese lado escéptico de nuestra naturaleza que nos hace inclinarnos a prescindir de las responsabilidades. El fuego no es peligroso, siempre que lo usemos de forma responsable. El agua es una misericordia, pero si construimos nuestras casas en el cauce seco de un río nos exponemos a ser víctimas de una riada devastadora. Del mismo modo que es posible utilizar un cuchillo para esculpir en madera una obra de arte maravillosa, también puede utilizarse como arma para destruir otra obra de arte: la vida que ha sido insuflada por Dios en nuestros cuerpos. El lenguaje es ese instrumento que, en toda la faz de la Tierra, ha sido otorgado en exclusiva al género humano. El alcance de su poder puede extenderse en direcciones opuestas: puede llegar a revivificar un alma atormentada o puede ser tan mortífero como para desatar una guerra.

Hay palabras que detienen una guerra.
Hay palabras que curan una herida.
Hay palabras que transforman en auténtico manjar,
Un plato lleno de veneno.
Yunus Emre

Conscientes de este poder, los árabes consideraban a los poetas como semejantes a los adivinos y creían que estaban conectados con los espíritus. Cuando escucharon el Corán por primera vez, los habitantes de La Meca de la Época de la Ignorancia[3] quedaron fascinados con el poder de sus palabras. Y sin embargo, cegados por la incredulidad, rebajaron al Profeta a ser un mero poeta. Eran lo más alejado de lo Divino que puede estar un grupo humano. A pesar de sentirse cautivados por el Corán, creían que era brujería y debía ser ignorado. Pero cuando poetas de la talla de Hansa y Lebid abrazaron el Islam y abandonaron la poesía, por respeto y temor ante el estilo y la elocuencia del Corán, los incrédulos se vieron obligados a admitir: «Si decimos que es poesía, no lo es. Si lo calificamos de prosa rimada, no lo es. Si lo describimos como las palabras de un adivino, tampoco lo es». Había noches en las que no podían evitar escuchar en secreto la recitación del Profeta; pero ni siquiera así fueron capaces de vencer su arrogancia y aceptar su origen Divino.[4]

El libro que tenéis en vuestras manos trata sobre ese arte único que es la expresión verbal. Es la obra de un maestro de esta disciplina. A pesar de que Fethullah Gülen es respetado por muchos por su influencia como erudito y por sus logros en la educación y el diálogo, es también famoso por su poder de expresión y su elocuencia. El impacto que produce sobre los que le han oído, sea en persona o en una grabación, se debe principalmente a unas excelentes dotes oratorias, en armonía con un mensaje aceptado por todos, lo cual da lugar a una combinación idónea cuyos componentes se fertilizan mutuamente, logrando así los objetivos perseguidos. Con la excepción de sectores mal informados de nuestra sociedad, las encuestas demuestran que la gran mayoría apoya su sincero mensaje que aboga por la paz, fomenta la educación, se dirige a los pobres y condena la violencia y el terrorismo en todas sus formas. Fethullah Gülen ha dedicado toda su carrera a hablar de la dignidad que Dios ha otorgado a los seres humanos y a toda la existencia, al tiempo que exhorta a los creyentes para que se relacionen con los demás sin egoísmo alguno y sin olvidar el respeto debido a las respectivas posiciones, valores e identidades, y a «reservar en sus corazones un lugar para todos».

Para Gülen, no hay nada en el mundo que sea trivial, algo que también puede decirse de su forma de expresión. En este sentido se hace eco del Corán, en el que se dan a los creyentes las buenas nuevas del Paraíso, donde «no oirán conversación vana ni falsedad» (78: 35). Esta es la razón por la que siempre se puede descubrir en los escritos y discursos de Gülen un enfoque consciente del tema que él llama «la conversación de los Amados» (sohbet-i canan, en palabras de Gülen) o el intento de despertar en la audiencia la consciencia de nuestra servidumbre a Dios y de nuestros deberes para con el mundo y el género humano.[5] Escuchar a Gülen «es como estar junto a una cascada».[6] Sus alocuciones, llenas de amor y sumisión, tienen la capacidad de impresionar a miles de oyentes, pero no al modo de un agitador de masas. Siempre es cauteloso cuando se dirige a una audiencia, porque es de sobra consciente del dominio que puede ejercerse sobre las masas con el uso de la «persuasión retórica», que tan frecuentemente ha sido utilizada con fines perversos.

Gülen ha sido un maestro de la oratoria desde una edad muy temprana. En su biografía se recoge que cuando subió por primera vez las escaleras del púlpito «no era lo suficientemente alto». Enes Ergene explica el talento de Gülen y el grado de influencia de su discurso de la siguiente manera:

Su discurso público es con toda probabilidad su rasgo más destacado. Muchas personas han querido conocerlo por el fervor de su oratoria. Su conocimiento y erudición en los estudios islámicos y las ciencias modernas de occidente se han visto eclipsados por esta maestría en el arte de la oratoria, y ello a pesar de que sus artículos y poemas han aparecido en numerosas publicaciones. Durante largos años no sólo ha estudiado las cuestiones religiosas, sino también la historia, la filosofía, la sociología, la literatura y las artes. Sin embargo, todo este conocimiento asimilado debía salir a la superficie, bien para moldear a las masas y transformarlas en «maestros» o bien en otro tipo de situaciones en las que poder llevarlos a la práctica.[7]

Con todo respeto hacia la cada vez más voluminosa producción académica sobre Gülen y el movimiento basado en sus enseñanzas, debe decirse que el pensamiento y las fuentes de su conocimiento todavía no han sido estudiados con detalle. Junto a ensayos sobre el lenguaje, la poesía, la mujer y la misericordia, la belleza y el Amor Divino, sobre Rumi y el Profeta, este libro puede que sirva para abrir la puerta un poco más y con ello dar la bienvenida a los extensos y profundos territorios del conocimiento que resplandecen a través de sus palabras, lo cual esperamos sirva de inspiración para futuras investigaciones sobre Gülen.

[1] El Corán, 55:1-4.
[2] El Corán, 68:1.
[3] La época pre-islámica.
[4] Véase Gülen, M. Fethullah, Fundamentos de la Fe Islámica, Nueva Jersey, The Light Inc. 2005, págs. 246-247.
[5] Véase el Corán 4: 84, «…exhorta a los creyentes (a que se hagan cargo de sus responsabilidades)».
[6] Dönmez, Ali Osman. «Hocaefendi’nin Edebiyata Dair Fikirlerini Anlama Yolculugu», Revista «Yagmur», Vol. 47, Marzo-Abril 2010.
[7] Ergene, Mehmet Enes. Tradition Witnessing the Modern Age: An Analysis of the Gülen Movement, Nueva Jersey: Tughra Books, 2008, pág. 11.