Satanás y la humanidad

Satanás fue creado también del «fuego». Antes de que fuera puesto a prueba con la obediencia y sinceridad a través de Adán, había estado en la compañía de los ángeles; actuando y adorando como lo hacían ellos. A diferencia de los ángeles que hacen cualquier cosa que se les ordene y nunca se rebelan contra Allah (66:6), Satanás (llamado Iblis antes de su desobediencia a la orden de Allah de postrarse ante Adán) tiene libre albedrío para elegir su propia senda de conducta. Cuando Allah lo probó junto con los ángeles y le ordenó postrarse ante Adán —el hombre— las semillas del autoengaño y la desobediencia en su naturaleza explotaron para tragarlo, y respondió en su vanidad: «Soy mejor que él. Tú me creaste desde el fuego, mientras que a él lo creaste de arcilla» (38:76).

Satanás fue creado para propósitos importantes. Pero, ante todo, si no hubiera sido por Satanás que continuamente trata de seducir al hombre, la creación del hombre no hubiera tenido sentido y hubiera sido inútil. Allah ha creado innumerables sirvientes que, como los ángeles, no tienen capacidad de rebelarse y por lo tanto hacen cualquier cosa que se les ordene. En realidad, la existencia de un Ser Divino absoluto Que tiene muchos Nombres y Atributos hermosos (el Creador, el Totalmente Misericordioso, el que Todo lo Provee, el Todo Vivo y Dador de Vida, el Totalmente Hermoso y el Omni­potente, etc.) requiere, no por el camino de la necesidad externa que es inconcebible, sino debido a la naturaleza esencial de sus Nombres, que Sus Nombres sean manifestados. Y es sólo a través del hombre que Él manifiesta todos esos Nombres. Ya que Él tiene libre albedrío, también se lo otorga al hombre. Tener libre albedrío significa hacer una elección entre dos alternativas. Además, Allah ha dotado al hombre con grandes potenciales. Es para desarrollar esos potenciales y hacer la elección necesaria entre las alternativas que aparecen ante él, que el hombre continuamente experimenta una lucha dentro de él mismo y en el mundo exterior. Precisamente como Allah envía halcones sobre los gorriones para que estos últimos puedan desarrollar su potencial para escapar, Creó a Satanás y le permitió tentar al hombre para que este, al tratar de escapar de sus tentaciones, pueda elevarse espiritualmente y fortalecer su poder de voluntad. Como el hambre estimula al hombre o a los animales para ejercicios posteriores y el descubrimiento de nuevos caminos para estar satisfechos, y el miedo inspira en ellos nuevas maneras de defensa, las tentaciones de Satanás hacen que el hombre desarrolle sus potenciales y esté siempre alerta contra los pecados.

Los ángeles no se elevan a los rangos espirituales más altos porque Satanás no puede tratar de tentarlos y desviarlos; los animales también tienen posiciones fijas, no consiguen una posición más alta ni son rebajados a una más baja. Pero en el dominio de la humanidad el número de rangos o posiciones es infinito; un hombre puede elevarse a lo más alto de lo alto, precisamente como puede caer a lo más bajo de lo bajo.

Hay una línea infinitamente larga de evolución espiritual entre los rangos de los Profetas y santos más grandes hasta los de los hombres como Faraón y Nimrod. Por lo tanto, no se puede aclamar que la creación de Satanás es mala. Aunque Satanás mismo es una criatura mala, además de los importantes propósitos para su creación que han sido discutidos, la creación de Allah envuelve todo el universo, y se debería entender en relación con los resultados, no sólo con respecto a los actos mismos. Cualquier cosa que Allah haga o crea es buena y hermosa en sí misma o en sus efectos. Por ejemplo, la lluvia produce muchos efectos, casi todos útiles para la humanidad. Asimismo, el fuego tiene muchos usos para el hombre. Si alguien sufre un daño por el agua o el fuego debido al mal uso de ellos, no se puede reclamar que la creación del fuego o el agua no es totalmente buena. Similarmente, el propósito principal para la creación de Satanás es facilitarle al hombre desarrollar sus potenciales, fortalecer su poder de voluntad por la resistencia a sus tentaciones y elevarlo a rangos espirituales más altos.

Si todavía se argumenta que mucha gente —incluso más que los buenos— cae en la no creencia y por lo tanto se gana el castigo del Infierno a través de las tentaciones de Satanás, mi respuesta sería la siguiente:

Primero, aunque Satanás fue creado para muchos propósitos buenos y universales algunos de ellos han sido discutidos, mucha gente desafortunadamente puede ser engañada por él. Pero Satanás sólo susurra y sugiere, no tiene habilidad, ni poder, para forzar al hombre a cometer algo malo o pecaminoso. Si un hombre es tan débil como para ser engañado con las falsas promesas de Satanás y se deja ser arrastrado bajo sus pisadas, entonces es por su propia error que se gana el castigo del Infierno por hacer mal uso de una importante facultad a la que Allah dio existencia para que el hombre pueda desarrollar sus potenciales y ser elevado hacia lo más alto de lo alto. Lo que un hombre debe hacer es usar su libre albedrío, sobre lo cual su humanidad se apoya principalmente,  y por esto al  hombre se le ha dado la posición más alta en la creación, apropiadamente y en la dirección de su evolución intelectual y espiritual. De otra manera, debe quejarse por ser honrado con el libre albedrío y por lo tanto quejarse de su humanidad.

Segundo, la calidad es mucho más importante que la cantidad, así que, más que los valores cuantitativos, deberíamos tomar en consideración los valores de calidad en nuestro juicio. Por ejemplo, cien semillas de dátiles sólo tienen el valor de cien monedas mientras permanecen como semillas y no son enterrados bajo la tierra para que se vuelvan palmeras a través de ciertos procesos bioquímicos. Pero incluso si sólo unas veinte semillas de entre cientos se vuelven veinte árboles como resultado de la germinación bajo la tierra, mientras que el resto se pudre por mucho riego, ¿puede uno argumentar que está mal plantarlas y regarlas? Cada persona seguramente estará de acuerdo con que es totalmente correcto tener veinte árboles a cambio de veinte semillas, ya que veinte árboles darán veinte mil semillas.

De nuevo, cien huevos de pájaro, valen, digamos, un par de monedas. Pero si la éste incuba tan sólo veinte pollos, con los otros ochenta arruinados, ¿quién considerará un mal arriesgar ochenta huevos a cambio de veinte pájaros sanos? Es totalmente correcto tener veinte pájaros a costa de ochenta huevos que valen un par de monedas porque los veinte pájaros no sólo valdrán aún más dinero sino que algunos de ellos también pondrán más huevos.

 De esta misma manera la humanidad, peleando contra Satanás y su yo que ordenan el mal, ha perdido los miembros sin valor de su raza, más grandes en cantidad pero más pobres en calidad, a cambio de cientos de miles de Profetas, millones de santos y billones de hombres de sabiduría, conocimiento, sinceridad y buenas morales, que son el Sol, la Luna y las Estrellas del mundo humano.

¿Cómo Satán intenta seducir a la humanidad? Algunos malos pensamientos y fantasías o asociaciones de ideas que se le ocurren al hombre involuntariamente, habitualmente son los resultados del susurro de Satanás. Como los dos polos en una batería, hay dos puntos o polos centrales en el corazón del hombre (por «corazón» queremos decir el centro del intelecto espiritual). Uno recibe la inspiración angelical, el otro es vulnerable al susurro de Satanás.

Cuando un creyente profundiza en la creencia y la devoción, y si es escrupuloso y delicado en el sentimiento, Satanás lo ataca desde diferentes direcciones. Satanás no intenta tentar a aquellos que lo siguen voluntariamente, que se han entregado a las fantasías pasajeras y los placeres corporales. Normalmente se dirige a aquellos creyentes sinceros y devotos que están en el rumbo de elevarse más y más hacia los rangos espirituales. Les susurra a los no creyentes pecadores ideas nuevas y originales en el nombre de la no creencia y les enseña nuevos caminos de lucha con la verdadera religión y los devotos creyentes.

Leemos en el Corán (7:17) que cuando Allah maldijo a Satanás por su altiva desobediencia, este le pidió a Allah que le diera una tregua hasta el Día del Juicio y le permitiera tratar de seducir a los seres humanos. Cuando Allah le dio el permiso para seducir al hombre por las razones que hemos discutido, Satanás replicó: «Entonces llegaré a los hombres desde delante de ellos y desde atrás, desde su derecha y su izquierda, y no encontrarás agradecidos a la mayor parte de ellos».

El verso significa que Satanás hace todo, lo posible para seducir al hombre. El hombre es un ser muy complejo: como se señaló antes, Allah ha manifestado en él todos Sus Nombres. El mundo es un campo de pruebas para él. Es enviado al mundo para ser entrenado y poder ser un espejo para Allah y ganar la felicidad eterna. Allah lo ha dotado de innumerables sentimientos, facultades y potenciales, que deben ser entrenadas y desarrolladas. Si algunos de estos sentimientos y facultades, como el intelecto, la ira, la codicia, la obstinación, y la lujuria, no son entrenadas y dirigidas hacia metas elevadas, y son usados de maneras erróneas para propósitos desagradables, y si los deseos naturales y los apetitos animales del hombre no son restringidos y satisfechos de maneras legales, serán peligrosos para el hombre con respecto a su vida terrenal y eterna, haciendo que se reduzca a «lo más bajo de lo bajo». Satanás se acerca al hombre desde su izquierda e intenta, haciendo uso de ese aspecto animal suyo y trabajando en esos sentimientos y facultades del hombre, tentarlo para que cometa toda clase de pecados y crímenes. Cuando se acerca al hombre desde delante de él, lo conduce a la desesperación de su futuro y le susurra que un día de juicio nunca llegará, y cualquier cosa que las religiones digan sobre la Vida Futura es pura ficción. También sugiere que la religión ha sido durante mucho tiempo algo del pasado y que por lo tanto ya no tiene nada que decir para el presente o el futuro. Cuando llega al hombre desde atrás, trata de hacer que niegue la Misión Profética y otras cosas esenciales de la creencia, como la existencia y Unidad de Allah, las Divinas Escrituras y los ángeles. A través de tales susurros y sugestiones, Satanás intenta cortar todas las conexiones de un hombre con la religión y tentarlo a toda clase de actos pecaminosos.

Satanás no puede tener éxito en sus intentos de seducir a un creyente devoto y practicante llegando a él desde atrás o delante de él o desde su izquierda. En lugar de eso, trata de acercarse a él desde su derecha y lo tienta a la exhibición y ostentación y al orgullo de su virtud y buenos actos. Le susurra cuán buen creyente es y gradualmente lo arroja a la perdición a través del autoengaño y el deseo de ser alabado por los otros por sus buenos actos. Por ejemplo, si un creyente hace la plegaria superficial de entrada la noche (tahayyud) y luego lo proclama por todas partes con el deseo de ser alabado por los otros, y si se atribuye a sí mismo sus logros y buenos actos y critica a los demás por detrás, significa que ha caído bajo la influencia de Satanás. Esto es peligroso para un creyente, así que debe estar incesantemente alerta ante la llegada a él de Satanás por su derecha.

Si Satanás no tiene éxito en todos sus intentos para seducir a un creyente devoto, entonces le susurra algunos pensamientos y fantasías desagradables. Por ejemplo, a través de asociaciones de ideas, lo conduce a que tenga algunas concepciones desagradables del Ser Divino o a que conciba la no creencia o la desobediencia. Si el creyente se explaya en ellas, Satanás lo molesta con tales pensamientos y concepciones hasta que cae en la duda sobre su creencia o las desesperaciones de una vida virtuosa.

Otra clase de sugestiones por parte de Satanás son las que conducen a un creyente bueno y devoto a las sospechas sobre la corrección o validez de sus actos religiosos. Por ejemplo, hace que tenga sospechas sobre si ha hecho su plegaria perfectamente o se ha lavado las manos o el rostro completamente en la ablución ritual o sobre cuántas veces se ha lavado las partes del cuerpo que se deben lavar.

Un creyente que es acosado por Satanás con esta clase de pensamientos, fantasías y dudas involuntarias, debería saber que en verdad se le ocurren a él involuntariamente, es decir, sin que su corazón tome parte en ellas. También debería estar seguro de que precisamente como los piratas atacan a los barcos llevándose tesoros valiosos, y los ladrones intentan robar a la gente rica, y los poderes mundiales intentan tomar control de los países ricos, como un último y desesperado intento para seducirlo, Satanás ataca a un creyente bueno y devoto con el arma de las malas sugestiones. El corazón de un creyente es turbado con tales pensamientos o sugestiones. Esto es como el aumento de la temperatura en el cuerpo de una persona enferma: como se sabe, los anticuerpos se forman en la sangre de un paciente para inhibir o destruir la bacteria dañina o los gérmenes y esto hace que la temperatura del cuerpo suba. Similarmente, el corazón de un creyente es turbado con las sugestiones malas de Satanás y toma la actitud de pelear contra ellas. Esto demuestra que tales pensamientos y sugestiones no son generados por el corazón, ni este las aprueba o adopta. Así que, precisamente como el reflejo de algo sucio en un espejo no es sucio y no te hace sucio, y como el reflejo de una víbora no muerde, así también el concebir la no creencia no significa no creer y, por ejemplo, imaginar maldecir realmente no es maldecir. En algún sentido, incluso se puede decir que las sugestiones malas de Satanás son beneficiosas para el creyente. Pues el creyente siempre está alerta a las tentaciones de Satanás y continúa su lucha contra su yo carnal y Satanás, que lo hace dar pasos más y más lejos hacia lo más alto de lo alto.

Como resistir a Satanás. En realidad, en las palabras del Corán, la astucia de Satanás siempre es débil (4:76). Es como una telaraña que aparece delante de ti mientras estás caminando entre dos paredes. Precisamente como no evitas continuar a causa de esa telaraña, no deberías también darle mucha importancia a las astucias de Satanás. Sólo sugiere o susurra; adorna los actos pecaminosos y los presenta con «envolturas falsamente ornamentadas», así que un creyente nunca debe ser engañado aceptando sus invitaciones. Cuando intenta susurrar pensamientos malos como un último recurso, un creyente debería estar seguro de que esta es la más débil de sus estrategias y nunca explayarse en ellas. Si lo hace y las agranda, entonces puede ser derrotado por Satanás. Como un comandante que, engañado por las alucinaciones debido al miedo, envía a su ejército hacia los dos extremos y deja el centro expuesto al ataque del enemigo, agota su poder de perseverancia y resuelve pelear contra Satanás y su yo carnal resistiendo a las fantasías o escrúpulos sin intención alguna susurrados por Satanás, y al final, se vuelve muy débil para luchar contra las tentaciones reales de Satanás y su yo carnal.

Para mantenerse libre de las sugestiones malas de Satanás, uno debería estar lejos del campo atractivo de Satanás y sus pecados. El descuido y la negligencia de la adoración son como una invitación a las «flechas» de Satanás. El Corán declara: A aquella vista que permanezca oscura al recuerdo del Totalmente Misericordioso, Nosotros le asignamos un diablo que se convierte en su camarada (43:36).El recuerdo del Totalmente Misericordioso, los fenómenos nobles o sagrados y una vida regular y religiosa protege al hombre de estar indefenso contra los ataques de Satanás. Otra vez, el Corán aconseja: Si se te ocurre una sugestión de Satanás, entonces busca refugio en Allah. Él es el que Todo lo Oye, el que Todo lo Sabe. Aquellos que temen a Allah y evitan (el mal), cuando una noción pasajera de Satanás los turba, ¡recuerdan, y observan! ¡Ven! (7:200-1)

El Mensajero de Allah aconsejó:

«Cuando estés enojado, si estás de pie, siéntate; y si estás sentado, acuéstate o levántate y haz wudu». Camino de regreso de una expedición militar, el Profeta hizo un alto para descansar en cierto lugar. Estaban tan cansados que no se despertaron antes de la salida del Sol para hacer a tiempo la plegaria del amanecer. Cuando se despertaron, el Profeta ordenó: «Vayámonos de aquí enseguida. Satanás gobierna aquí. El Profeta también dice que Satanás huye al llamado de la plegaria».

Satanás algunas veces trata de tentar a alguien a través de la asociación de escenas obscenas. Lo obsesiona con sugestiones o lo llama a placeres ilícitos. En tales ocasiones, un hombre debería tratar de persuadirse de que cualquier placer ilícito seguramente terminará en ataques de remordimiento y puede poner en peligro su vida futura, o incluso su vida mortal. Debería saber que, como declara el Corán, la vida del mundo sólo es un juguete pasajero y una comodidad de la ilusión y la vida real o verdadera es la vida de la Vida Futura.Cuando alguien mostraba renuencia en tomar parte en la expedición hacia Tabuk, en la época del Profeta, a causa del calor abrasador del verano, Allah les advertía: El calor del Infierno es mucho más intenso, si sólo lo entendieran (9:81).