La Existencia de Dios y Su Unidad

La existencia de Dios es tan evidente que no es necesario ningún argumento para demostrarla. Algunos eruditos han planteado que la existencia de Dios queda más patente que la de todos los restantes seres, pero los que están privados de discernimiento no Lo pueden ver. Otros han dicho que Él no se puede percibir directamente por la intensidad de Su auto-manifestación.

Sin embargo, la gran influencia del positivismo y el materialismo en la ciencia humana hacen necesario reflexionar sobre este tipo de argumentos. Esta manera de ver las cosas reduce la existencia a lo que sólo puede ser directamente percibido por los sentidos de modo que se impide percibir las dimensiones invisibles de la existencia, que son muchas más que las visibles. Como tenemos que apartar los velos del materialismo y el positivismo, vamos a examinar brevemente algunas de las demostraciones tradicionales que explican la existencia imprescindible de Dios.

Antes de comenzar, es preciso manifestar que desde el mismo inicio de la vida humana, la gran mayoría de la humanidad ha creído en la existencia de Dios. Sólo esto sería suficiente para demostrar Su existencia. Los no creyentes no pueden asegurar que tienen una superioridad intelectual sobre los creyentes ya que muchos de estos últimos son científicos innovadores, eruditos, investigadores y, lo que es más importante, santos y profetas —los expertos en este campo—. Además, la gente confunde el no aceptar la existencia de algo con la aceptación de su inexistencia. Mientras lo primero es sólo una negación o un rechazo, lo segundo es un juicio que necesita ser probado. Nadie ha podido probar la inexistencia de Dios, ni puede hacerlo. Por el contrario, los argumentos que prueban Su existencia son innumerables.

Este punto se puede aclarar con la analogía siguiente: Imaginad un gran palacio con mil puertas, de las que novecientas noventa y nueve están abiertas y una de ellas aparentemente está cerrada. ¿Cómo es posible que alguien diga que no se puede entrar en este palacio? Esto es lo que hacen los incrédulos limitando su atención y la de los otros sólo a la puerta que parece estar cerrada. Las puertas a la existencia de Dios están abiertas a todo el mundo, siempre que intenten entrar sinceramente.

Algunas de estas puertas —argumentos acerca de la existencia de Dios— son las siguientes:

  • La creación es contingente. En otras palabras, existe la misma posibilidad de existir o no para todo lo creado. Y también es posible que algo nazca en cualquier tiempo, lugar y con cualquier forma o carácter. Nada ni nadie puede determinar cómo, cuándo o dónde va a nacer, o cómo será su carácter o sus rasgos físicos. Algún poder debe decidirlo. Este poder tiene que ser infinito, tener voluntad absoluta y amplios conocimientos. Ineludiblemente, este poder es Dios.
  • Las cosas son limitadas. Todas las cosas cambian. Dado que todo está limitado por el tiempo y el espacio, tiene que haber un comienzo y un final. Todo lo creado tiene que tener un creador infinito; como sería inaceptable pensar continuamente en quién es el creador de cada una de las existencias, la razón exige la existencia de alguien, un ser superior que sea infinitamente autosuficiente y auto-subsistente, que nunca cambie. Éste es Dios.
  • La vida.La vida es un secreto transparente. Es un misterio que los científicos no son capaces de explicar con argumentos materiales y es transparente porque refleja un Poder Creativo. Mediante estas dos características la vida declara: «Quien me creó es Dios».
  • Orden en la creación. Todas las cosas en el universo, y el Universo en su conjunto, están ordenados de una manera armoniosa. Esto se puede observar en todos los objetos y en su interrelación armoniosa. Esto es cierto, de tal modo que la existencia de una parte necesita de la existencia del todo entero tanto como la existencia del todo requiere la existencia de todas y cada una de sus partes. Una sola célula deforme puede causar la muerte de todo el cuerpo. De modo parecido, una sola granada, para existir, necesita de la existencia cooperativa entre el aire, el agua, la Tierra y el Sol. Tal armonía y reciprocidad señalan al creador del orden, conocedor del todo en la suma total de sus relaciones y características, quien puede poner en orden todo. El Creador de este orden es Dios.
  • Arte en la creación. Toda la creación pone de manifiesto un arte de gran valor. Por lo que apreciamos, ha sido creada de manera fácil y rápida. Además, la creación está dividida en incontables familias, géneros, especies e incluso cada uno de los más pequeños grupos tiene a su vez muchos miembros. A pesar de esta variedad y abundancia, nosotros solamente vemos el orden y el arte como algo fácil. Esto demuestra la existencia de alguien con un poder y conocimiento absoluto: Dios
  • Finalidad en la creación. Todo lo que existe en el Universo tiene una finalidad. Como la ecología demuestra en particular, todo en la creación, no importa lo aparentemente insignificante que sea, tiene un papel significativo en la existencia y es de utilidad. La cadena de la creación en el curso de la humanidad, el último eslabón en la creación, está evidentemente dirigido hacia un propósito final. Como este sistema necesita de alguien que imponga propósitos a la creación y sólo la humanidad tiene la conciencia necesaria para llevar a cabo tales propósitos, la sabiduría y la orientación de la creación apuntan a Dios.
  • Misericordia y Providencia. Las necesidades de todos los seres y especialmente las de los seres humanos son interminables. Pero ellos de manera independiente son incapaces de obtener ni siquiera lo más mínimo. Por ejemplo, el mantenimiento del Universo exige la existencia de algunas leyes universales como, por ejemplo, las del crecimiento, la reproducción, la gravitación, la atracción y la repulsión. Sin embargo, estas leyes «naturales» no existen exteriormente, no son visibles, su existencia es completamente invisible. Entonces, ¿cómo puede algo que existe sólo de manera invisible, que no tiene conocimiento ni conciencia, ser el responsable de una creación milagrosa que requiere absoluto conocimiento y sabiduría?, ¿cómo puede tener el poder de elección y preferencia? Por lo tanto, alguien que tiene todos estos atributos ha establecido estas leyes naturales y las usa para disimular Sus actuaciones con un propósito concreto.
  • Las plantas necesitan aire, agua, calor y luz. Pero ellas no pueden obtenerlo por si mismas. Nuestras necesidades son infinitas. Afortunadamente, todas nuestras necesidades esenciales, desde el comienzo de nuestra existencia en este mundo hasta la muerte, son cubiertas por alguien que está más allá de nuestra capacidad e intervención. Nosotros venimos a este mundo y encontramos todo preparado para recompensar todos los sentidos que tenemos, las necesidades tanto intelectuales como espirituales. Esto demuestra claramente que alguien que es infinitamente misericordioso y está informado de todo provee a todos los seres creados de la manera más extraordinaria y hace colaborar todas las cosas para este propósito.
  • Ayuda mutua. Como he mencionado anteriormente, todo en el Universo está al servicio de todo lo existente. Esta ayuda mutua es muy completa, como demuestra el hecho de que todas las cosas —incluso el aire, el agua, el fuego, la Tierra, el Sol y el cielo— nos sirven de una manera extraordinariamente armoniosa, así también como las células del cuerpo, los miembros y los sistemas cooperan a mantenernos vivos. La Tierra, el aire, el agua, el calor y las bacterias colaboran a mantener las plantas vivas. Esta cooperación y ayuda mutua observada entre los seres inconscientes requiriendo conocimiento y objetivo deliberado, demuestra la existencia del Uno quien los dispone de una manera milagrosa.
  • La Limpieza. Desde que empezamos a contaminar el aire, el agua y la tierra, el mundo natural empezó a limpiarse y purificarse continuamente. Inclusive ahora, preserva su pureza originaria en muchas zonas hasta donde todavía no han llegado los influjos de la civilización moderna. ¿Te has preguntado alguna vez por qué la naturaleza es tan pura, por qué los bosques están tan limpios a pesar de que cada día mueren muchos animales en ellos? ¿Has considerado alguna vez que si las moscas que nacen sólo en el transcurso de un verano hubieran sobrevivido, nuestro planeta estaría cubierto con los cadáveres de los cuerpos de las mismas? ¿Te has dado cuenta de que nada en la naturaleza se desperdicia o se tira? Cada muerte es el comienzo de un nuevo nacimiento. Por ejemplo, un cadáver se pudre y se integra en la tierra. Los elementos mueren y vuelven a nacer en las plantas; las plantas mueren en los estómagos de los animales y de los humanos y les proporciona los mejores niveles de vida.
  • Este ciclo de la muerte y de la regeneración es una de las razones de la constante limpieza y pureza del universo. También las bacterias y los insectos, los vientos y la lluvia, los agujeros negros y el oxígeno, todos sirven para conservar la pureza del universo. Esta pureza señala a Uno que es el Santificado y cuyos atributos incluyen la limpieza y la pureza.
  • Rostros. El número de seres humanos que han vivido desde la creación de Adán es incontable. A pesar de su origen común —una gota de esperma y un óvulo con la información genética del padre y de la madre— y aunque estén compuestos de la misma estructura, elementos y organismos, en cada persona se desarrolla diferentes rasgos. Las ciencias son incapaces de explicar las milagrosas diferencias entre los semblantes. No puede ser explicado atribuyéndolo al ADN o a los cromosomas, ya que esta diferencia data de la primera diferenciación de los hombres en el mundo. Además, esta diferencia no está sólo en los semblantes sino que todos los seres humanos son diferentes uno del otro en cuanto a su carácter, sus deseos, sus ambiciones, sus habilidades, etc. Mientras que los miembros de una especie animal son casi iguales, sin desarrollar ninguna diferencia en la conducta, cada miembro de la raza humana es igual a una especie diferente y posee un mundo particular propio intrínsecamente circunscrito en el mundo de la humanidad. Esto señala a Uno con libertad absoluta de elección que tiene amplios conocimientos de todo, y Éste es Dios.
  • Enseñanza y guía divina. Proporcionar un orden a nuestras vidas y aprender a discernir entre lo bueno y lo malo nos cuesta al menos 15 años de nuestra vida. Sin embargo, muchos animales adquieren este conocimiento poco después de su nacimiento. Un patito puede nadar en cuanto sale de su cascarón. Las hormigas empiezan a cavar hormigueros en la tierra cuando finaliza su etapa larvaria. Las abejas y las arañas rápidamente aprenden cómo hacer su panal y su telaraña respectivamente. Todo esto son maravillas que nosotros somos incapaces de producir. ¿Quién les enseña a las jóvenes anguilas nacidas en el Océano Atlántico a encontrar su camino hacia su nuevo hogar en el Océano Pacífico? La emigración de los pájaros sigue siendo un misterio. ¿Cómo puedes explicar estos hechos increíbles más que atribuyéndoselos a la enseñanza o a la guía de Uno que todo lo sabe y que ha dispuesto el Universo y sus habitantes de una manera en la que ellos mismos puedan dirigir sus vidas?
  • El espíritu y la conciencia. A pesar de los enormes avances científicos, no somos capaces de explicar la vida. La vida es un regalo del Uno, del Eterno, quien «insufla» un espíritu a cada embrión. Nuestra ignorancia sobre la naturaleza del espíritu y su relación con el cuerpo no puede ser argumento para negar su existencia. El espíritu se envía a este mundo para perfeccionarse y adquirir un estado apropiado para la Próxima Vida. Nuestra conciencia es el centro de nuestras tendencias hacia lo bueno y lo malo. Todo el mundo siente esta conciencia en algunas ocasiones. Así que, el espíritu y la conciencia son unos argumentos muy fuertes para demostrar la existencia de Dios. El Corán menciona esto en algunos de sus versos:

Es Él el que te facilita viajar sobre la tierra y el mar; y cuando estás en el barco, y estos navegan con un viento favorable y se regocijan con esto, llega sobre ellos un fuerte viento, y las olas llegan a ellos desde cada lado y creen que están cercados. Entonces le gritan a Dios, haciendo su fe pura sólo para Él, (diciendo): « ¡Si Tú nos liberas de esto, te estaremos sinceramente agradecidos!» (10:22).

Entonces (Abraham) los hizo pedazos, (los ídolos de su pueblo) a todos excepto el más grande, para que pudieran dirigirse a Él. (Cuando volvieron y vieron el estado de sus ídolos) preguntaron: « ¿Quién le ha hecho esto a nuestros dioses? Seguramente debe haber sido algún malhechor». Dijeron: «Hemos oído a un joven hablar de ellos; se llama Abraham». Y replicaron: «Entonces, (enseguida) tráelo ante la presencia del pueblo, para que pueda testificar». Cuando Abraham estuvo allí preguntaron de nuevo: « ¿Eres tú el que le ha hecho esto a nuestros dioses, oh Abraham?» Y él dijo: «No, este (dirigiéndose a la escultura que había dejado en pie) es su jefe, el que lo ha hecho, así que preguntadle, si es que puede hablar». Enseguida se dieron la vuelta y dijeron: « ¡Vosotros, sois los injuriadores!» Entonces estuvieron completamente confundidos, y dijeron: « ¡Oh, Abraham! Has sabido que estos no hablan». Abraham dijo: « ¿Entonces adoráis, además de Dios, a esas cosas que no pueden beneficiaros absolutamente en nada, ni dañaros? ¡Qué vergüenza, y todo aquello que adoráis en lugar de Dios! ¿No usáis vuestra inteligencia?» Ellos dijeron: «Quémalo (inmediatamente) y protege a tus dioses, si no estás haciendo nada» (21:58-68).

  • Nuestra predisposición innata y la Historia. Estamos predispuestos de manera innata hacia lo bueno y lo bello, y nos oponemos a lo malo y lo feo. También nos inclinamos por las virtudes y los valores morales. A no ser que estemos corrompidos por factores o condiciones externas, buscamos el bien y los valores morales que son universales. Estos valores son las mismas virtudes y la moralidad divulgada por todas las religiones divinas reveladas. Somos testigos de que en la Historia la humanidad nunca ha permanecido sin una religión. Como ningún sistema ha sustituido a la religión, los profetas y las personas piadosas siempre han sido la gente más influyente, dejando huellas imborrables en la historia de la humanidad. Ésta es una de las pruebas irrefutables de la existencia de Dios.
  • Intuición humana. Tenemos muchas intuiciones y emociones, que son un tipo de mensaje que proviene del mundo de lo Invisible. Entre ellas, la intuición de la eternidad despierta un deseo de eternidad en nosotros que nos hace buscar las diferentes maneras de realizarlo. Sin embargo, esto se puede realizar solamente de una manera: creyendo y adorando al único dios, Dios, Quien nos inspira esta intuición y este deseo. La verdadera felicidad humana está en satisfacer este deseo de eternidad.
  • Consenso.Si una persona que sabemos que nunca ha dicho la verdad durante su vida se acerca a nosotros y nos dice varias veces la misma cosa, quizá la creamos porque no tenemos otra alternativa. Pero, si miles de Profetas que nunca han mentido y muchos santos y creyentes que adoptaron la veracidad como el pilar más esencial de la creencia, están de acuerdo en que Dios existe, ¿cómo podemos rechazar su testimonio tan solo basándonos en el hecho de que algunos de ellos puedan ser unos mentirosos?
  • El Corán y el resto de las Escrituras Sagradas. Las pruebas que demuestran el origen divino del Corán también son las pruebas de la existencia de Dios.[1] El Corán repite con gran énfasis y fuerza, como lo hace la Biblia en sus partes no tergiversadas, la existencia de Dios.
  • Los Profetas. Miles de Profetas vinieron y guiaron a los seres humanos hacia el camino recto. Todos ellos han sido conocidos por su veracidad y por otras tantas virtudes. Todos dieron prioridad a la predicación de la existencia y la unidad de Dios.

[1] Sobre la autoridad Divina del Corán veáse «Preguntas y Respuestas Sobre La Fe Islámica» (Estambul, The Light, 2004)

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