¿Por qué permite el islam la esclavitud?

Esta pregunta tiene dimensiones históricas, sociales y psicológicas. Antes que nada, la palabra "esclavitud" evoca repugnancia, dolor y una profunda indignación, especialmente cuando se recuerda cómo eran tratados los esclavos en la Roma antigua y en Egipto o en América del Norte. La imagen de personas construyendo las pirámides, de gladiadores que luchan uno contra el otro a muerte para el entretenimiento de los espectadores, y de la gente atada por yugos vergonzosos y cadenas alrededor de sus cuellos nos vienen a la memoria cuando oímos esta palabra.

Más cerca de nuestro tiempo, tenemos muchos ejemplos de la variedad de la esclavitud en Europa Occidental. La barbaridad y bestialidad de estos enormes comercios es indescriptible. Este comercio consistía principalmente en los africanos que fueron transportados a través de los océanos, embarcados en barcos diseñados para tal propósito, y considerados y tratados como animales. Obligaron a estos esclavos a cambiar sus nombres, a abandonar su religión y su lengua; estaban privados de todas las esperanzas de libertad, y fueron mantenidos solamente para trabajar. Un nacimiento entre ellos era celebrado como si esto fuera una muerte.

Es difícil de entender cómo se podía tratar así a los seres humanos, pero esto ocurrió. Las pruebas documentales demuestran cómo los dueños de los barcos lanzaban a los esclavos al agua para reclamar después la indemnización. Los esclavos no tenían ningún derecho legal ni de cualquier otro tipo, sino sólo obligaciones. Sus dueños tenían el derecho total de eliminarlos como ellos quisieran: hermanos y hermanas, padres e hijos fueron separados, o se les permitía seguir juntos según el humor o la conveniencia económica del dueño.

Fueron siglos de esta terrible costumbre en Europa Occidental , que se enriqueció con la explotación de los esclavos y de materias primas como el azúcar, el algodón o el café. Cuando se abolió la esclavitud, primero con afán comercial y después del todo, sólo los dueños de esclavos fueron compensados. En otras palabras, las actitudes que hacían posible la esclavitud continuaron.

Poco después de su abolición, África fue colonizada por Europa Occidental y las consecuencias de este hecho fueron más terribles aún que la esclavitud. Sus actitudes contra los no-europeoes cambiaron un poco, pero aún así los descendientes de los esclavos siguieron viviendo en pésimas condiciones sociales y políticas. Los que viven entre europeos son considerados inferiores y despreciados. Los museos de las capitales occidentales europeas cerraron sus exposiciones compuestas por colecciones de huesos y cuerpos de hombres -pero nunca blancos- sólo hace unas decádas –exposiciones organizadas por científicos, médicos y humanistas europeos–.

En la actualidad, la institución de la esclavitud produce repulsión en el corazón humano, de igual forma que lo hacen las actitudes de inhumanidad que la sostienen. Si la institución ya no existe formalmente pero las actitudes persisten, ¿podemos decir que la humanidad ha logrado avanzar? Esto es porque la explotación colonial ha sustituido a la esclavitud, y porque las cadenas internacionales de deuda insoportable e irreembolsable han su­s­tituido a la explotación colonial. La esclavitud ha desaparecido, pero sus estructuras inhumanas y bárbaras han ocupado su lugar.

Antes de examinar la perspectiva islámica sobre la esclavitud, vamos a recordar un nombre famoso hasta entre los europeos occidentales: el califa Harun al Rashid. Este gobernador, que disfrutó de total autoridad y poder sobre los musulmanes, era el hijo de un esclavo. Y no es el único ejemplo. Los esclavos y sus hijos disfrutaron de enorme prestigio, autoridad, respeto y libertad dentro del sistema islámico, en todas las esferas de vida: culturales, políticas y otras. ¿Cómo era posible esto?

El Islam enmendó la institución de la esclavitud y educó a maestros que eran esclavos. El Corán a menudo declara que todos somos descendientes de un solo antepasado -Adán-, y que nadie es intrínsecamente superior a otro por su raza, nacionalidad o categoría social. El Profeta –la Paz sea con él– aplicó estos principios en su propia vida, y sus Compañeros los aprendieron y aceptaron como leyes y normas sociales. El Profeta –la Paz sea con él– dijo:

Quien mate a un esclavo será asesinado. Quien encar­ce­le y prive de comida a un esclavo va a ser tratado del mismo modo. Y quien castre a un esclavo será cast­ra­do.[1]

Vosostros sois hijos de Adán, y Adán fue creado de la arcilla.[2]

Ningún árabe es superior al no árabe, y ningún no árabe es superior a un árabe. Ninguna persona blanca es superior a una negra, y ninguna persona negra es superior a una persona blanca. La supe­rioridad sólo está basada en la honradez y el temor de Allah.[3]

Gracias a esta compasión, los esclavos y los que se descri­ben como pobres fueron respetados por los que disfrutaban de un alto estrato social.[4] Omar expresó mucho respeto al decir: "Maestro Bilal a quien el maestro Abu Bakr puso en libertad."[5]

A diferencia de otras civilizaciones, el Islam requiere que los esclavos sean considerados y tratados dentro del marco de la hermandad humana universal. El Profeta –la Paz sea con él– dijo: "Vuestros sirvientes y esclavos son vuestros hermanos -y hermanas-. Los que tienen esclavos tienen que darles de lo que comen y visten. No deben cargarles con más trabajo del que son capaces. Si tenéis que ponerles trabajos duros, en cualquier caso os aconsejo que les ayudéis."[6] También dijo: "Ninguno de vosotros debe decir al presentar a alguien: 'Este es mi esclavo' o 'Esta es mi esclava' sino llamadlos 'mi hija', 'mi hijo' o 'mi hermano.'"[7]

Por esta razón, Omar y su esclavo montaron por turnos en el mismo camello mientras iban de Medina a Jerusalén para hacerse con el control de Masyid al Aqsa, la Mezquita más Lejana. Cuando Uzmán era califa, dejó que su esclavo le tirara de la oreja ya que él había tirado de la suya antes. El Compañero Abu Dharr, compartió la mitad de su ropa con su esclavo. Estos musulmanes y muchos más mostraron a las generaciones musulmanas del futuro la forma de tratar a los esclavos: como seres humanos dignos del mismo respeto, dignidad y justicia dada a los nacidos libres.

Este trato constructivo y positivo influyó en las actitutudes de los dueños. Los esclavos conservaron su humanidad y la dignidad moral, y tenían un lugar dentro de la familia del dueño. Incluso cuando eran liberados, no todos querían abandonar a sus amos. Esta costumbre que empezó con Zayd ibn Hariz[8], se hizo totalmente común. Aunque el Profeta –la Paz sea con él– puso en libertad a Zayd, éste prefirió quedarse. Los dueños y los esclavos se podían considerar hermanos y ello les hizo posible entender que las diferencias entre las personas no eran permanentes. Por eso, ni la altivez ni el rencor eran aceptables.

Además, existían estrictos principios obedecidos como ley, por ejemplo. "Quien mate a un esclavo será ejecutado. Quien encarcele y prive de comida a un esclavo será tratado del mismo modo". Los esclavos también disfrutaron del derecho legal de ganar dinero y tener propiedades independientemente de sus amos, mantener su religión, y tener una vida de familia con los derechos y obligaciones que ello conlleva. Con dignidad personal y un grado de seguridad material, las leyes y las normas islámicas permitieron una apertura todavía más preciosa a los esclavos: la esperanza y la posibilidad de la libertad.

La libertad humana es una condición natural y propia dada por Allah a cada uno. Por eso poner en libertad totalmente o en parte a un esclavo es una de las virtudes más altas. Liberar la mitad del cuerpo de un esclavo se considera igual que liberar la mitad del cuerpo de uno del castigo en el Más Allá y liberar el cuerpo entero de un esclavo es como liberarse totalmente del castigo del Otro Mundo. Para la gente esclavizada, en busca de libertad, es una razón aceptable entrar en la guerra. Los musulmanes comenzaron a firmar acuerdos y contratos que permitían conceder la libertad a los esclavos después de un cierto tiempo o más, después de la muerte del amo. La emancipación incondicional fue considerada lo más meritorio y digno en el Más Allá. A veces muchas personas compraban y liberaban a muchos esclavos para ganar la complacencia de Allah.

La emancipación de un esclavo también era la expiación legal de ciertas transgresiones o el incumplimiento de las órdenes religiosas como romper el ayuno o un juramento. El Corán ordena: "Quien mate a un musulmán sin querer tiene que poner en libertad a un esclavo creyente y pagar el precio de sangre a la familia de la víctima" (4:92). Un asesinato afecta tanto la sociedad como a la familia de la víctima. El precio de sangre es una compensación para la familia y liberar a un esclavo es una cuenta pagada a la sociedad haciéndole ganar una persona libre.

Tanto la riqueza personal como la pública fueron usadas para liberar a esclavos. El Profeta –la Paz sea con él– y Abu Bakr eran conocidos por esta costumbre suya.

Después, especialmente durante el reinado de Omar ibn Abd al-Aziz los fondos públicos del zakat[9] fueron usados para esta causa.

Una pregunta posible: El Islam considera la esclavitud como un mal social, aunque sean bien tratados o disfruten de muchos derechos. Entonces, ¿por qué no se abolió como pasó con el alcohol, el interés, el juego o la prostitución?, ¿por qué el Profeta –la Paz sea con él– lo aprobó?

Hasta el maligno comercio de esclavos de los europeos, la esclavitud era una consecuencia de la guerra, porque los vencedores normalmente esclavizaban a los supervivientes. Durante los primeros años del Islam, no había un sistema fiable de intercambio de prisioneros de guerra. El medio disponible de tratar con ellos era la ejecución, encarcelándolos, liberándolos, o distribuyéndolos entre los musulmanes como botín de guerra.

La primera opción debe ser descartada porque es una barbaridad. La segunda es viable sólo para un pequeño grupo de personas y un período de tiempo limitado, siempre que haya suficientes recursos para cuidarlos. Esta opción se utilizaba porque los prisioneros eran tomados con la esperanza de obtener un rescate. Muchos hombres de La Meca hechos prisioneros por los musulmanes se sentían tan contentos con el trato que recibían que se hicieron musulmanes y cambiándose de bando. La tercera opción es imprudente en los tiempos de guerra. Entonces sólo queda la cuarta opción. El Islam estableció unas normas y leyes para demostrar lo que es realmente la rehabilitación de los prisioneros de guerra.

Viviendo entre los musulmanes los esclavos vieron muy de cerca la verdad del Islam en la práctica. Muchos esclavos fueron ganados por el trato amable que recibieron al ver la humanidad del Islam. Se pueden encontrar miles de ex-esclavos entre los nombres famosos del Islam, y ellos han sido ejemplos para los musulmanes –imames como Nafi -el maestro del imam Malik- y Tawus ibn Qaisan son dos de ellos.

En general, los musulmanes consideraron la esclavitud como una condición temporal a diferencia de la civilización Occidental, cuyos valores están ahora de moda, la esclavitud no fue una condición heredada que sumergió a generaciones enteras en las espirales de la degradación, y la desesperación.[10]

Por el contrario, disfrutar de un estatus determinado es un derecho fundamental de cada uno. Los esclavos que vivían en la sociedad islámica se encontraban en una posición segura como criaturas del mismo Creador. Ellos tenían acceso a la corriente dominante de la cultura y la civilización islámica a las que contribuyeron mucho. En las sociedades occidentales donde la esclavitud estaba muy extendida, especialmente en América del Norte y del Sur, los descendientes de los esclavos, incluso generaciones después de la emancipación formal de sus antecedentes, se quedaban al margen de la sociedad.

¿Por qué no liberaron los musulmanes a todos sus antiguos cautivos o esclavos después de sentirse seguros contra la conquista extranjera? Otra vez la respuesta tiene que ver con las realidades existentes. Estos cautivos o esclavos no tenían recursos personales, psicológicos o económicos necesarios para establecer una independencia segura y digna. Recuérdese lo que pasó en Estados Unidos cuando el Presidente Lincoln liberó de repente a los esclavos. Muchos bruscamente fueron abando­nados y se quedaron sin hogar porque sus antiguos amos dejaron de asumir su responsabilidad. Fueron arrojados sin ninguna preparación a una sociedad muy amplia de la que habían sido excluidos durante mucho tiempo por la ley.

Por contraste, los perspicaces amos musulmanes que abrazaron a sus esclavos como hermanos y hermanas les alentaron para que trabajaran por su libertad, reconocieron sus derechos, les ayudaron para que pudieran mantener a su familia y que tuvieran un lugar en la sociedad antes de liberarlos. El caso de Zayd ibn Hariz, que fue criado y puesto en libertad por el Profeta –la Paz sea con él–, es un buen ejemplo de esto. Él se casó con una mujer noble y fue designado comandante de un ejército musulmán, compuesto de muchos hombres nobles y de los Compañeros. Hay muchos ejemplos semejantes.

Aquí hay dos puntos importantes: la actitud de los musulmanes ante la esclavitud, y las condiciones de los esclavos en los países no musulmanes. El Islam considera la esclavitud una situación accidental y temporal que se debe reformar poco a poco hasta que desaparezca casi por completo. Sin embargo, se vio que algunos musulmanes, especialmente los gobernantes, siguieron teniendo esclavos. El Islam no puede ser acusado por eso, porque es la propia deficiencia espiritual de estos individuos lo que les hacía comportarse así.

El otro punto está relacionado con las costumbres personales que engendran una segunda naturaleza. Cuando Lincoln abolió la esclavitud, la mayoría de los esclavos tuvieron que volver a sus antiguos amos porque nunca habían aprendido cómo tomar la iniciativa y decidir por sí mismos. Por consiguiente, no podían vivir como gente libre. Considerando esta realidad psicológica, los prisioneros de guerra fueron distribuidos entre los musulmanes de modo que un día pudieran vivir una vida social verdaderamente islámica como la gente libre en una sociedad musulmana y disfrutar de todos sus derechos legales.

El Islam procuró abolir la esclavitud poco a poco. En un primer paso, permitió a los esclavos darse cuenta del verdadero conocimiento humano y de su identidad. Después de eso, los educó según los valores islámicos y les inculcó un amor de libertad. Así, cuando fueron liberados, los antiguos esclavos estaban preparados para considerar toda la clase de posibilidades relacionadas con convertirse en unos miembros útiles a la comunidad: agricultores, artesanos, profesores, eruditos, comandantes, gobernadores, ministros o hasta primeros ministros.

El Islam intentó destruir la institución de "la esclavitud individual ", y nunca facilitó "la esclavitud nacional". Así que como musulmán, suplico a Allah que las personas esclavizadas, colonizadas y oprimidas disfruten de la verdadera libertad.



[1] Abu Daud, Diyat,70; Tirmidhi, Diyat, 17;al-Nasa'i, Qasama, 10:16.
[2] Tirmidhi, Tafsir; 49; Manaqib, 73; Abu Daud, Adab, 111.
[3] Ibn Hanbal, Musnad, 411.
[4] Muslim, Birr, 138; Jannat, 48; Tirmidhi, Manaqib, 54,65.
[5] Bilal, uno de los primeros musulmanes, era un negro esclavo de Etiopía. Fue escogido por el Profeta Muhammad –la Paz sea con él- para ser el muecín oficial -el que está encargado de dar la llamada a la oración- de la comunidad musulmana. Abu Bakr, miembro de las élites preislámicas de La Meca y también de los primeros conversos, fue el sucesor político del Profeta y el primero de los Califas Correctamente Dirigidos. Bujari, Fada'il al Sahaba, 23.
[6] Bujari, Iman, 22 and Adab, 44; Muslim, Iman, 38-40; Abu Daud,Adab, 124.
[7] Ibn Hanbal, Musnad, 2:4.
[8] Zayd era un esclavo negro que había sido adquirido por Jadiya, una viuda comerciante de La Meca. Después de su matrimonio con el Profeta –la Paz sea con él- que aún no había sido designado Profeta por Allah, ella se lo dio a su marido como regalo. Muhammad –la Paz sea con él- lo adoptó y lo trató como si fuera su propio hijo, hasta que después de muchos años Allah reveló que tal relación ya no estaba permitida.
[9] Zakat; es uno de los Cinco Pilares del Islam. Es un impuesto sobre el patrimonio que se paga en oro y plata (2.5% del total acumulado), cosechas, alimento básico, ganado y mercancías (nota del traductor).
[10] Los niños nacidos de las mujeres esclavizadas se consideraban libres en las sociedades islámicas. Bajo el gobierno de los otomanos, los harenes de los palacios servían como escuelas donde educaban a sus miembros para que sirvieran a la familia del sultán. Algunas se preparaban para ser las futuras mujeres del sultán, mientras otras se casaban con el personal del palacio. Los visires y los barones tendían a casarse con tales mujeres para evitar los problemas relacionados con la tierra (por ejemplo; toda la tierra teóricamente pertenecía al sultán) y las discusiones entre los herederos. El andarun, el equivalente del harén para los hombres, educaba a sus miembros para la administración civil. Las dos instituciones se dirigían según normas muy estrictas y daban un nivel muy alto de educación para su tiempo.