La Entrevista con Sr. Gülen aparecida en «The Muslim World»

Pregunta: ¿Cuál es la relación entre un individuo y el estado, de acuerdo con las enseñanzas del Islam? ¿Cuál es la posición y la función de un individuo dentro de un estado?

El mundo moderno y los sistemas de pensamiento contemporáneos declaran que, por primera vez en la historia, los individuos se han convertido en la verdad, en sujetos activos en sus vidas y en sus actos. De acuerdo con estos sistemas de pensamiento modernos, los individuos han dependido hasta el día presente de las tradiciones procedentes del pasado, aprisionándolos dentro de los límites de dichas tradiciones. Debido a que la actitud de un grupo se ha convertido en la regla general, y que no es posible modificar los patrones establecidos de la vida comunal, el destino de los individuos ha sido permanecer sólo como obedientes y pasivos miembros de la comunidad. En la era moderna, dichos miembros finalmente han comenzado a liberarse por sí mismos de esta prisión, adquiriendo sus propias personalidades individuales. Hasta la Edad Moderna, los individuos no eran libres ni tampoco independientes. Aunque estos pensamientos acerca del individualismo son aplicables a algunas culturas y regiones del mundo, no lo son para todas las religiones, para todos los pensamientos ni para todas las comunidades. Desde la perspectiva del Tawhid, la unicidad de Dios, el cual es el principio fundamental en el Islam, es imposible tener un individualismo ilimitado.

Este es el motivo por el cual los humanos pueden ser individuos libres—sin aceptar ningún valor moral— y rebeldes sin criterio moral, o son servidores que dependen de Dios y obedecen sensatamente Sus órdenes. Siendo servidores obedientes de Dios, los individuos no se inclinan ante ningún otro poder y así, no sacrificarán ni un ápice de su libertad.

Un servidor de Dios no puede ser esclavizado por nada ni nadie que no sea Dios — ni siquiera por las pertenencias terrenales ni por las tradiciones corrompidas que ocasionan la miseria individual y que paralizan el espíritu; ni por las relaciones comunitarias que ponen cerco a la razón humana; ni por consideraciones de intereses egoístas; ni por la codicia de más y más ganancias materiales, un deseo que dinamita la moralidad; ni por tendencias opresivas que le dan prioridad al poder sobre la lógica y la razón; ni por la inmoralidad, tales como los celos, el odio y la esclavitud de los impulsos carnales. Un musulmán repite 30 a 40 veces al día, «Sólo a Ti te veneramos y sólo en Ti buscamos ayuda» (Corán, 1:4). Indicando esto, los individuos rompen las cadenas que ciegan su libertad y su individualidad y se refugian en el Poder infinito de Dios, el cual es suficiente. Un individuo que no ha alcanzado esta dependencia de Dios ni ha tomado refugio en Él, no se le puede considerar que haya cumplido con su tarea de llegar a ser un humano ideal.

De este modo, el Islam, a la misma vez que le pide a los individuos que sean libres e independientes de todo lo demás excepto de Dios, también acepta como un fundamento que los individuos son miembros de una familia, sociedad, nación y, por ende, de toda la humanidad, basados en sus necesidades. Un ser humano es un ser civilizado, social que necesita vivir junto con otros humanos. En este sentido, una sociedad es como un organismo; las partes están interrelacionadas entre ellas y en necesidad la una de la otra.

Es muy importante ver tal compañerismo como un «escudo» que protege a los individuos de cualquier fuerza opresiva, y que los ayuda a conocer sus necesidades y a asistirlos en el desarrollo personal y social, el cual no es alcanzado fácilmente de manera individual. Este es el punto en el cual diferimos de aquellos quienes reclaman una libertad absoluta para el individuo. Aquellos partidarios de la libertad absoluta dejan al individuo solo y a su propia suerte en el «desierto» de la existencia, sin ningún apoyo frente a las fuerzas que esperan acechando para capturarlo, bajo el pretexto de liberar al individuo de ciertas ataduras tradicionales. Tal individuo, estando bajo la tiranía de los dictadores o incluso de la opresión social, ha pagado por este individualismo de una manera muy dolorosa, perdiendo tanto su libertad como su honor en nombre de la individualidad.

Aquí debería señalar, a su vez, que a diferencia de algunas religiones o cultos que son como sistemas, el Islam no se reduce tan sólo a consideraciones metafísicas, como la perfección espiritual del individuo, los rituales religiosos, la oración, las devociones y la contemplación. Además de hacer hincapié en las consideraciones metafísicas, el Islam también instaura reglas que rigen la vida individual, social, política, económica, moral, y legal además de garantizar la seguridad ante la falta de leyes así como recompensas eternas a cambio de la observación de dichas reglas. Restringir la religión Divina solamente a la creencia y a los rituales religiosos individuales significa fragmentarla y hacerla seguir unas directrices contrarias a la voluntad y conformidad de Dios. Al mismo tiempo, esto forzará a los individuos a vacilar acerca de lo que ellos necesitan practicar y vivir, y cómo y cuándo hacerlo. No sería difícil indicar que dicha fragmentación puede incluso ocasionar un cierto tipo de confusión mental.

Si los individuos no pueden vivir de acuerdo a los principios de su religión libremente, debido a que existen ciertos obstáculos en su camino, esto significa que les ha sido negada la libertad de creencia y conciencia. De acuerdo con la religión del Islam, el Mensajero ha sido enviado para proveernos de principios para la vida en este mundo y en el Más Allá, con la promesa del éxtasis eterno para sus seguidores. En el Mensaje del Profeta, este mundo y el mundo de la eternidad son complementarios entre sí. Las responsabilidades personales y sociales están interrelacionadas. La oración, las súplicas y la remembranza de Dios, la vida del corazón y del espíritu, y los asuntos sociales y gubernamentales, todos ellos son facetas de una misma unidad. Asimismo y en adición a todo lo anteriormente citado, cada musulmán debe ser muy conciente y tener muy presente sus propios derechos así como mostrarse respetuoso con los derechos y las libertades de otros. Más aún, así como ellos defienden sus propios derechos, en este mismo nivel, ellos están muy dispuestos a defender los derechos de los demás.

Pregunta: ¿Cuál es la definición que se le otorga al «estado» en el Islam? ¿Qué posición ocupa el «estado» en el Corán? Un gran número de musulmanes contemporáneos han declarado su postura acerca del establecimiento de un estado islámico basado en los principios de la Shari’ah, ¿Sería tan amable de compartir sus opiniones al respecto?

Aquellos que estudian y proporcionan un adelanto de sus opiniones en referencia a la perspectiva islámica de la política y estado frecuentemente confunden el Islam establecido por el Corán y la Sunna del Profeta con el Islam construido a través de las experiencias históricas de los musulmanes y, por supuesto, basado en los principios (legales) de la Shari’ah, y también aparentemente observada por el Islam en los tiempos modernos. Estas opiniones han aparecido de muy diversas formas y estilos en nombre de Islam, algunas veces utilizando citas coránicas, algunos dichos seleccionados del Profeta, o en algunas ocasiones ideas y sugerencias de uno de nuestros pensadores contemporáneos, apalabrando que harán que su interpretación reine si tienen la oportunidad de hacerlo. Al decir esto, de ninguna manera quiero decir que la regulación y la historia islámicas hayan sido petrificadas, sin dejar lugar a nuevas sugerencias y pensamientos.

Aquellas iytihad (soluciones razonadas) y qiyas (analogía) deberían llevarse a cabo excepto en el campo de los fundamentos de la religión. Todas las iytihad se llevan a cabo en los campos y facetas donde haya lugar para la interpretación. También, debe estar en línea con los principios fundamentales del Islam. En tales casos, toda persona que tiene la capacidad de realizar un razonamiento independiente (iytihad) solamente se obliga a sí mismo y no exige a los demás. El hecho de que tal razonamiento independiente no es autoritario para los otros, es un principio de la religión. El Islam no permite que ninguna persona coloque sus propios pensamientos o ideas, o las posibles fantasías y deseos de nuestros días, al nivel de una «guía para toda la gente», y no les permite señalar «esta es la religión», sino que, al contrario, el Islam considera tales intentos como torpes. En primer lugar y antes de nada, los pensamientos que son propuestos en nombre de la religión, si no están originados en el Corán y en la Sunna del Profeta, darán lugar a tantos proyectos y propuestas como opiniones existen, y desembocarán en una crisis de legitimidad. Cualquier propuesta que no tenga un punto de referencia en la experiencia histórica de los musulmanes— una historia de la que existe un consenso de la mayoría de los musulmanes, no puede ser, en absoluto, sostenida. Si no se responde a las necesidades de la gente de hoy en día a través de una consulta en las fuentes principales de la religión— las cuales son aceptadas y veneradas por la mayoría— no serán realistas y no satisfarán a la gente.

Por tanto, ya sea que procedan de las principales fuentes reveladas o de las interpretaciones de los eruditos basados en dichas fuentes, podemos preguntarnos, «¿Cuál es la interpretación islámica del estado?» En el Islam, la administración y la soberanía pertenecen a Dios. El Corán subraya este punto en varios versículos y declara que la administración y las órdenes pertenecen a Dios: «A ningún creyente, hombre o mujer, le corresponde elegir entre dos asuntos después de que Dios y Su Mensajero hayan decretado un juicio» (33:36). Por medio de esto, el Corán no declara que la administración pertenece a líderes espirituales infalibles y sagrados, como en las teocracias, ni como en las instituciones religiosas bajo su supervisión, ni tan siquiera en las instituciones religiosas organizadas de cualquier otra manera. El Islam dice, «el más noble de vosotros ante la vista de Dios es aquel que es el más veraz». Con esto, el Islam no permite ningún privilegio basado en la familia, en la clase, en la raza, en el color, en la riqueza ni en el poder. En lugar de esto, el Islam estableció la veracidad y el mérito, y la honestidad y el sentimiento de la justicia como un principio.

En el Islam, el cual está basado en el Corán y en los dichos del Profeta, tampoco existe la monarquía absoluta ni la democracia clásica tal y como es conocida en el occidente; tampoco la dictadura, ni el totalitarismo. En el Islam, administrar significa un contrato mutuo entre el administrador y el sujeto y dicha administración toma su legitimidad de la regulación legal, y de un principio de la superioridad de la ley. De acuerdo con esto, la ley está por encima del administrador y del sujeto gobernado. Y la misma pertenece a Dios. No se puede modificar ni tampoco puede ser usurpada. La ley tiene que ser aplicada de acuerdo con la orden del Creador, y de la manera en la cual el Profeta la expresó y la aplicó. Según el Islam, una administración basada en la tiranía es ilegítima. El Islam no aprueba ningún tipo de dictadura. En una administración islámica, aquellos quienes son administradores tienen que obedecer la ley tal y como lo hace la gente ordinaria; ellos no pueden violar estos principios ni tampoco pueden actuar en sus prácticas contra estos principios.

En el Islam, las instituciones encargadas de los poderes legislativo y ejecutivo siempre han tenido permitido elaborar y aplicar las leyes. Estas instituciones están basadas en las necesidades y en la mejora de la sociedad, dentro del marco de las normas generales de la ley.

En los asuntos internos de la comunidad islámica y en sus relaciones con el resto de naciones, incluyendo las relaciones económicas, políticas y culturales, los musulmanes siempre han desarrollado las leyes. A los miembros de la comunidad les es requerido obedecer las leyes que podemos identificar como aquellos «preceptos más elevados», así como, las leyes elaboradas por los seres humanos. El Islam no pone objeción en asumir iytihad (razonamiento independiente), istinbad (razonamiento deductivo) e istikhraj (o istijray) (derivación) en la definición de los principios de la Shari´ah.

De hecho, en una sociedad democrática, la fuente de la ley está libre del prejuicio étnico. Dicha sociedad, promueve la creación de un ambiente para el desarrollo de los derechos humanos, la participación política, la protección de los derechos de las minorías y la participación de los individuos y de la sociedad en las instituciones que toman las decisiones, las cuales suponen ser las particularidades de nuestro mundo moderno. A todos se les debe permitir expresarse a condición de que ninguna presión se ejerza en modo alguno sobre cualquier otro grupo. Además, los miembros de las comunidades minoritarias deben tener permitido vivir de acuerdo a sus creencias. Si este tipo de legislaciones son realizados circunscritas a las normas establecidas de la ley internacional y de los acuerdos internacionales, el Islam no pondrá ninguna objeción a ninguno de ellos.

Nadie puede ignorar los valores universales que el Corán y la Sunna han presentado con respecto a los derechos mencionados anteriormente. Por lo tanto, es imposible probar de ninguna manera que el Islam se opone a la democracia. Si un estado, dentro del marco mencionado anteriormente, proporciona a sus ciudadanos la oportunidad de practicar sus religiones y los apoya en sus pensamientos, enseñanzas, y en la práctica, dicho sistema no se le considera en oposición a las enseñanzas del Corán. En presencia de un estado así no existe la necesidad de buscar un estado alternativo. El sistema debe ser revisado por los creadores de la ley y por las instituciones ejecutivas en el caso de que los derechos humanos y las libertades no estén protegidos suficientemente, como es el caso de muchas de las democracias en desarrollo alrededor del mundo. Para crear tales leyes ideales, los legisladores deben reformar, renovar y organizar el sistema de gobierno de acuerdo a las normas universales de la ley. Incluso si una renovación no es considerada tashri, basada en la Shari´ah, no es concebida en oposición de la misma. Hay quienes piensan que la regla Shari´ah necesitaría un sistema estatal basado en las reglas religiosas, lo cual es significativo. Sin ni siquiera mirar al significado y a la implicación de la palabra Shari´ah, muestran al instante una actitud opuesta. Mientras que la palabra Shari´ah es, en cierta medida, un sinónimo de religión (din), asimismo indica una vida religiosa apoyada por las órdenes de Dios, los dichos y las prácticas del Profeta, y el consenso de la Comunidad Musulmana. En tal tipo de vida religiosa, los principios relacionados con la administración estatal constituyen solamente el 5%. El 95% restante está relacionado con los artículos de la fe, los pilares del Islam y los principios morales de la religión.

Pregunta: ¿Es posible conciliar al Islam con la democracia? ¿Qué opina de la falta de democracia en algunos de los países musulmanes? Y asimismo, ¿qué piensa acerca de que esta falta de democracia sea una carencia para las naciones musulmanas?

En la cuestión acerca del Islam y la democracia, debemos recordar que el primero es una religión celestial y divina, mientras que la segunda es una forma de gobierno desarrollada por los humanos. Los propósitos principales de la religión son fe (iman), servir a Dios (ubudiyya), conocimiento de Dios (marifa), y actos excelentes (ihsan). El Corán, y sus cientos de versículos, invitan a la gente a tener fe y a venerar la Verdad (al-Haqq). También le solicita a la gente intensificar su servicio hacia Dios de tal forma que puedan lograr la conciencia de ihsan. «Creer y realizar buenas acciones», se halla entre aquellos asuntos que el Corán enfatiza enormemente. También le recuerda a la gente frecuentemente que debe fomentar una relación consciente con Dios y actuar como si ellos vieran a Dios, o como si son ellos vistos por Dios. La Democracia por sí misma no es un sistema de gobierno unificado; raramente es presentada sin una afiliación. En muchos casos, otro término, como por ejemplo social, liberal, cristiano, o radical, es añadido como prefijo. En ciertos casos, incluso alguna de estas formas de democracia no considera a la otra como democracia en si. No obstante en nuestros días, la democracia es mencionada frecuentemente en su forma no afiliada, ignorando la naturaleza plural de democracias. En contraste, muchos hablan de la religión como algo equivalente a la política, lo cual es, de hecho, sólo una de las muchas facultades de la religión. Tal percepción ha resultado en un rango de posiciones acerca de la cuestión que engloba la reconciliación entre el Islam y la democracia. Aún si dichos términos no son contemplados como opuestos, es evidente que son diferentes de forma importante.

De acuerdo con una de estas conceptualizaciones, el Islam es a la misma vez, una religión y un sistema político. Se ha expresado a sí mismo en todos los campos de la vida, incluyendo los ámbitos individual, familiar, social, económico y político. Desde esta perspectiva, confinar al Islam a sólo oración y fe es reducir el campo de su interacción y de su interrelación. Muchas ideas han sido desarrolladas desde este punto de vista y, más recientemente, estas han ocasionado que el Islam sea percibido como una ideología. De acuerdo con algunas críticas, tal enfoque hace del Islam meramente una entre muchas ideologías políticas. Esta visión del Islam integrándolo como una ideología está totalmente en contra del espíritu del Islam, el cual promueve la administración de la ley y rechaza de manera abierta la opresión de cualquier segmento de la sociedad. Este espíritu también promueve las acciones para la mejora de la sociedad de acuerdo con la visión de la mayoría. Aquellos que siguen un patrón más moderado también creen que sería mucho mejor presentar el Islam como un complemento de la democracia en lugar de presentarlo como una ideología. Dicha presentación del Islam debe jugar un papel importante en el mundo musulmán enriqueciendo los modelos democráticos locales y extendiéndola de tal manera que ayude a los seres humanos a desarrollar una conciencia de la relación entre los mundos material y espiritual.

Yo creo que el Islam también podría enriquecer a la democracia respondiendo a las profundas necesidades de la gente, tales como la satisfacción espiritual, la cual no puede ser alcanzada sino por medio del recuerdo del Eterno.

Sí, en el mundo islámico y particularmente en mi país, Turquía, es doloroso ver cómo aquellos que conversan acerca del Islam y la democracia, proclamando que se pronuncian en nombre de la religión, han llegado a la conclusión de que el Islam y la democracia no pueden reconciliarse. Esta percepción de mutua incompatibilidad se extiende también hacia algunas personas pro-democráticas. El argumento que es presentado está basado en la idea de que la religión del Islam está basada en la administración por Dios, mientras que la democracia está basada desde la perspectiva de los seres humanos, lo cual son conceptos contrapuestos. En mi definición, sin embargo, existe otra idea que se ha convertido en víctima de tales comparaciones superficiales entre el Islam y la democracia. La frase, «La soberanía pertenece incondicionalmente a la nación», no significa que la soberanía le haya sido arrebatada a Dios y se haya otorgado a los seres humanos. Si no que, por el contrario, esto significa que la soberanía ha sido confiada a los humanos por parte de Dios, lo cual significa que ha sido despojada de los opresores individuales y de los dictadores y siendo otorgada a los miembros de la comunidad. Como caso específico, la Época de los Califas Rectamente Guiados del Islam ilustra la aplicación de esta norma de la democracia.

En términos cosmológicos, no cabe lugar a dudas de que Dios es el Soberano de todo aquello contenido en el Universo. Nuestros planes y pensamientos siempre están bajo el control de tal poder del Omnipotente. Sin embargo, esto no significa que nosotros no tenemos voluntad, inclinación o elección. Los humanos son libres de hacer elecciones en sus vidas personales. Y también son libres de establecer elecciones con respecto a sus actos sociales y políticos. Algunos deben mantener diferentes tipos de elecciones para elegir a los legisladores y a aquellos integrantes en el Poder Ejecutivo. No existe una sola manera de llevar a cabo una elección, y como podemos ver, esto era cierto incluso en la Era de la Felicidad Absoluta, la época del Profeta del Islam, y durante la época de los Cuatro Califas, que Dios esté complacido con todos ellos. El método electivo del primer Califa, Abu Bakr, fue diferente del que empleó el segundo Califa, Omar. El tipo de elecciones establecido por Uzman fue diferente del de Ali, el cuarto Califa. Sólo Dios sabe el método de elección correcto. Más aún, la democracia no es una forma de gobierno inmutable. Observando el desarrollo de la historia, uno puede observar algunos errores que han estado seguidos de cambios y reformas. Algunos incluso han hablado de treinta clases de democracia. Debido a estos cambios en la evolución de la democracia, ciertos estudiosos han contemplado este sistema con reserva y duda. Tal vez esta es la razón por la cual en el mundo musulmán no se contempló la democracia con gran entusiasmo. Además de esta falta de entusiasmo, la violencia de los administradores déspotas en el mundo islámico, quienes ven a la democracia como una amenaza para su despotismo, presenta otro obstáculo para la misma en las naciones musulmanas.

Pregunta: En un tiempo en el que la política islámica se ha hecho muy popular, ¿cuáles son sus pensamientos y percepciones acerca de las relaciones entre política e Islam?

En mi opinión, la gente o bien ha tenido que ir demasiado lejos o no ha ido lo suficientemente con respecto a la comprensión de la relación entre el Islam y la política. Algunos han dicho que la religión del Islam no tiene relación con la política; otros han percibido a la religión como la política en sí misma, ignorando la variedad y la riqueza de los aspectos de la religión. En el Sagrado Corán, se encuentran versículos que se refieren a la administración y a la política. Las prácticas del Profeta también ocupan un lugar importante en este asunto. Por ejemplo, los términos coránicos «ulu al-amr» (aquellos quienes administran), «itaat» (obediencia a los administradores), «shura» (consulta mutua), «harb» (guerra), y «sulh» (paz), todos ellos son ejemplos de algunas referencias coránicas con respecto a las decisiones políticas y legales. Además, existen versículos coránicos relativos a las instituciones legales y también algunos que apuntan a la política y al gobierno. No obstante, en el Islam no es posible limitar el concepto de gobierno y política a un simple paradigma, distinto de los principios de la fe y los pilares del Islam. La historia nos muestra que en el mundo islámico, desde los tiempos del Profeta, han existido varias clases de estados. Esto es así incluso si excluimos las elecciones en los inicios del periodo del Islam y las cualidades que fueron exhibidas en dichas elecciones. Aún si no podemos ver algunas diferencias metodológicas mayores entre estos tipos de gobierno, hay muchas diferencias en los detalles. Aquellos que no son conscientes de los principios de estos métodos de gobierno diferentes, han contemplado cada uno de ellos como un sistema aparte. Tengo que hacer un inciso aquí e indicar que dichas diferencias fueron el resultado de los aspectos de la religión que están abiertos a la interpretación y que están relacionados al campo del razonamiento independiente (Iytihad).

Para alcanzar un conocimiento vigoroso y llegar a conclusiones positivas, debemos referirnos a las fuentes principales del Islam: el Corán y la Sunna. No existe duda alguna de que las experiencias históricas también son una fuente importante.

En el Corán, además de versículos relativos a las relaciones entre los humanos y Dios, hay muchos otros versículos que regulan las relaciones de los seres humanos entre sí. La fuente de ambos tipos de versículos es una: Dios. Los versículos que nos recuerdan acerca de nuestros deberes y responsabilidades con la esencia divina han sido preservados y originalmente basados en la interpretación del Profeta y de sus Compañeros. Los versículos coránicos y los dichos proféticos relacionados con la segunda categoría se enfocan en los principios de la vida humana social, económica, política y cultural. Al mismo tiempo, indican alguna sabiduría, mejora y beneficios por medio de las breves ordenanzas que se encuentran al final de muchos versículos. Por ende, los versículos que se refieren a la justicia, al respeto, a los derechos, a la veracidad, a ser compasivo y misericordioso, llevan a cabo actos que están basados en la consulta, vivir una vida casta y no engañar a nadie son considerados ejemplos de esta categoría. Estos tipos de versículos que están dirigidos a las relaciones humanas, si los leemos minuciosa y correctamente, nos darán a los musulmanes algunos indicios acerca de cómo resolver nuestros problemas futuros. Los intérpretes y los Muytahids (aquellos que son capaces de realizar un razonamiento independiente), hasta cierto punto, toman esta categoría como un punto de referencia para sus análisis e interpretaciones.

En el Corán y en los dichos del Profeta existen muchos temas, cuya referencia a las experiencias humanas, continúan siendo una luz esclarecedora incluso siglos después. Los detalles de tales cuestiones han sido confiados con el paso del tiempo.

Las órdenes divinas y las indicaciones proféticas acerca de la política, el estado y la administración de la comunidad han sido interpretadas de muy diversas maneras, resultando en diferentes manifestaciones a través de la historia. Puedes reseñar este aspecto de la religión, si así lo deseas, de acuerdo con el concepto de que el tiempo es un gran intérprete, o como una indicación del universalismo del Islam, la cual también es conocida como la religión natural y tolerante (al-Hanifiyya as-Samha). Sí, entre los discursos del Corán existen varios grupos de esta gente: desde los beduinos hasta la gente civilizada, desde las comunidades subdesarrolladas hasta las naciones más desarrolladas, y desde las sociedades sin evolucionar hasta las maravillosamente organizadas e ilustradas sociedades. El Corán se ha dirigido a todos esos grupos considerando sus propias interpretaciones, enfoques, puntos de vista, evaluaciones e incluso vidas.

En el caso de la relación con el Ser Divino, nos ha brindado explicaciones breves dejando los detalles a las generaciones venideras. En el caso de las interacciones humanas, ha detallado y explicado los aspectos de algunos principios satisfactoriamente establecidos.

Respecto al párrafo anterior, ha habido un consenso en el entendimiento del primer caso con excepción de algunas interpretaciones de la tradición islámica de ciertos grupos heréticos. En el segundo caso, han existido diversas interpretaciones variables en concordancia con las condiciones, la época y las situaciones existentes en el mundo. Naturalmente, estas diferencias han sido resueltas en las instituciones administrativas y judiciales.

No sería una interpretación correcta del Islam reclamar que la política es un principio vital de la religión y que se encuentra entre sus bien establecidos pilares. Mientras que algunos versículos coránicos abordan la política, la estructura del estado, y las formas de administrar, aquellos que ha conectado la importancia del mensaje coránico con tales cuestiones han ocasionado un malentendido. Este malentendido es el resultado de su celo islámico, de las limitaciones de su exclusiva consideración de las experiencias históricas y de su mentalidad que establece que los problemas de las comunidades islámicas pueden ser resueltos de manera más fácil a través de la política y de la administración. Todas estas aproximaciones dentro de sus propios contextos se encuentran faltas de significado. No obstante, la verdad no estriba tan solo en estas perspectivas.

Aunque no podemos ignorar los efectos de las normas y de la administración para regular las relaciones colectivas entre los individuos, las familias y las sociedades, incluso dichas relaciones, dentro del marco de los valores coránicos, están consideradas como asuntos secundarios. Esto es así porque los valores a los cuales nosotros llamamos principios sublimes (ummuhat), tales como la fe (iman), la sumisión (Islam), hacer lo que es excelente (ihsan), y la aceptación de las morales divinas por la comunidad, son las referencias que forman la esencia de los asuntos administrativos, económicos y políticos. El Corán es una traducción del libro del Universo, el cual se origina a través de las órdenes divinas de la creación, una interpretación del mundo de lo no visto, de lo visible y lo invisible. Esta es una explicación de los reflejos de los nombres divinos en la Tierra y en los Cielos. Es también, una prescripción para los diversos problemas del mundo islámico, una guía única para el embelesamiento en esta vida y en la que sigue, una gran guía para los viajeros en este mundo dirigiéndose hacia el Más Allá. Es una fuente inexhaustible de sabiduría. Tal libro no debería ser reducido a un discurso político, ni debería ser considerado un libro de teorías políticas o de formas de gobierno y estado. Considerar el Corán como un instrumento de discurso político es una gran falta de respeto para el Sagrado Libro y es un obstáculo que impide a la gente beneficiarse de esta profunda fuente de gracia divina.

Indudablemente el sagrado Corán, a través de su capacidad para enriquecer el alma humana, es capaz de inspirar políticas sabias y con ellas prevenir que las políticas sean un mero juego de azar.

Pregunta: Después de la abolición del Califato (Khilafah) en Turquía, surgieron un gran número de nuevos movimientos con la intención de restaurarlo, especialmente en la India. Pensando en el rápido desarrollo en nuestro mundo, ¿piensa que el Califato podría ser reestablecido de nuevo? ¿O es el Califato una utopía inalcanzable? ¿Cuál es su opinión al respecto?

Cuando la institución del Califato fue abolida se expresaron numerosas opiniones, tanto a favor como en contra de la institución. Un sociólogo turco de la misma época, Ziya Gokalp, y quienes siguieron su línea de pensamiento tenían el siguiente punto de vista: «La institución del Califato, la cual obtiene su poder de la Gran Asamblea Nacional Turca tiene un lugar honorable entre los musulmanes. Si no existe tal institución, el mundo islámico será similar a un rosario que no tiene centro (imamah); todas sus cuentas se caerían». Pensadores como Seyyid Bey creyó en que «El Califato tiene un propósito sabio y es el resultado de la nación en sí mismo y sigue los requerimientos de cualquier época. Cuando el Profeta murió, él no mencionó nada a sus Compañeros acerca de Khilafah (la sucesión). De hecho, inclusive en el Corán no hay versículo alguno sobre su efecto». Seyyid enfatiza la importancia de la consulta y de la obediencia a los administradores, como se mencionó en el Corán. Estos dos aspectos están relacionados con la administración y los políticos. Él cree en que con el Califato de Ali, el cuarto Califa en la historia del Islam, durante el trigésimo año del calendario islámico, el Califato llegó a su fin. De acuerdo con esto, menciona las opiniones de los eruditos de la ley islámica y del pensamiento islámico. Habla de la historicidad del Khilafah, en un sentido, y sugiere que se saque provecho de esta experiencia y que entienda el objetivo y el fin de Khilafah. Según Seyyid, los administradores que vinieron tras los primeros cuatro Califas no eran en Califas en el sentido estricto de la palabra; en apariencia ellos eran Califas, pero en cuanto a calidad no continuaron la magnificencia de sus antecesores. Bajo esta opinión, él apoya la abolición de Khilafah como podemos observar en el siguiente comentario del Parlamento Turco: «El Califato ha sido destituido. La institución de Khilafah está abolida desde el momento en que el significado y el contexto de esta institución han sido absorbidos por el gobierno y la república». Mucho antes que estos eruditos, Ibn Jaldun en su Muqaddima presentó el siguiente pensamiento: «Con respecto a Khilafah, existen tres perspectivas diferentes. La primera es que Khilafah es una institución divina y necesaria. La segunda, es que Khilafah está basado en las necesidades. La tercera, como algunos Jariyies defendieron, es que en realidad no hay necesidad de un Califato».

Hoy, aquellos que creen en lo innecesario de la existencia de un Califato siguen esta opinión debido al establecimiento de los estados nacionales y el desarrollo de las ideales de independencia. Por estas razones, algunas personas creen que el Khilafah ha perdido su eficacia. Por otro lado otras personas creen en las dinámicas de Khilafah ya que son un medio para la unidad entre los musulmanes y facilitan la cooperación entre las naciones musulmanas a través del intercambio de sus habilidades y oportunidades. La posibilidad de mover e influir a las masas puede ser fácilmente concebido en torno a un término religioso: el Califato/ Khilafah.

Habiendo dicho esto, yo diría que la restauración del Califato sería muy difícil y hacer que los musulmanes aceptaran tal revivido Khilafah sería imposible. La percepción del mundo moderno con respecto a la restauración de Khilafah tiene que ser considerado. Yo pienso que sería muy favorecedor para uno contemplar el concepto de Khilafah y a los movimientos que buscan restaurar al Khilafah bajo la luz de los pensamientos mencionados anteriormente.

Pregunta: Muchos autores en los Estados Unidos y en el Occidente relacionan el desarrollo del Occidente con el Renacimiento. ¿Es posible un renacimiento en el mundo islámico? ¿Es necesario el mismo?

Al Renacimiento se le conoce como un Nuevo Nacimiento, Recuperación y Despertar. Algunas personas indican que era un movimiento que recuperaba los valores formadores y espirituales de los tiempos antiguos o que representa una corriente de regreso a los recursos anteriores y releerlos y evaluarlos. Otros también señalan que este movimiento se enfocaba en los valores políticos, judiciales y morales de los tiempos antiguos a través de un enfoque en los escritos clásicos en el área del pensamiento y un enfoque en los místicos legendarios. Si el Renacimiento es todo esto, aunque algunas partes deban ser loables, no podemos aceptar todos los aspectos de este.

Si el Renacimiento fuese un levantamiento en contra del dominio de las autoridades religiosas bajo el mando de filósofos tales como Jules Michelet, y si esto es entendido en pro de la libertad, dicho acto es una crítica y totalmente en contra de la religión bajo el formato de individualismo. Aunque algunos ubicaron el desarrollo de este movimiento en Italia y lo conectaron con filósofos tales como Dante y Giotto di Bondone, difícilmente podemos ver esto como un beneficio para la humanidad y, por eso, difícilmente podemos aceptar el movimiento en este formato. Otra perspectiva que no podemos aceptar es que algunos pensadores, que estaban totalmente confundidos como resultado del caótico pensamiento en Occidente, hayan aceptado el Humanismo en sus formas extremas como una religión y que hayan ocasionado otro desajuste en el pensamiento.

El Islam ha alcanzado el Renacimiento en su tercer y cuarto siglo y, hasta cierto punto, se ha convertido en un paradigma para el Renacimiento Europeo. Con toda sinceridad, apoyamos un renacimiento que consista en el redescubrimiento de los valores humanos perdidos y en un nuevo acercamiento de la humanidad con morales humanos universales. Asimismo apoyamos un renacimiento que permita el cuestionamiento de las dictaduras y el fin de los dictadores, y que trabaje en pos de una sociedad democrática. Un renacimiento que promueva grandes logros en las Bellas Artes y que promueva una lectura cuidadosa del libro del Universo, el cual ha sido perdido por un largo tiempo, es considerablemente aplaudido. Apoyamos un renacimiento que promueva un vehemente deseo por la investigación, una pasión por el conocimiento, y la expresión de la religión de acuerdo con la conciencia de nuestro siglo en un nuevo estilo y de una nueva manera. Nos encontramos en la búsqueda de un despertar de la razón, así como del corazón, el espíritu y la mente. Aún no es posible suponer una cosecha de los frutos de los esfuerzos y de los trabajos resultantes de estos. Hay un tiempo apropiado para cada cosa. Nosotros esperaremos y es entonces cuando lo veremos. «Antes de que el sol se eleve, ¿quién sabe qué emergerá de la noche más oscura?»

Pregunta: Durante siglos, del mundo musulmán no ha surgido un gran número de intelectuales. ¿Cuál podría ser la razón de esto? ¿Es posible tener un renacimiento intelectual?

Esto depende de a qué se refiere con la denominación de intelectuales. La falta de intelectualismo, el cual le otorga prioridad a la razón frente a los sentimientos y el libre albedrío y hace al pensamiento la fuente de la creatividad, no es una gran pérdida para el mundo islámico. No cabe duda de que en el mundo islámico se necesiten más intelectuales que sean conscientes y conocedores de su propia existencia y que sean capaces de interpretar y entender la creación correctamente. Es una gran perdida para el mundo islámico tener tal falta de intelectuales que sean conscientes de la época en la cual viven y se hallen preparados para cuestionarla y ser capaces de decir sin vacilar lo que ellos saben. Es un infortunio que el mundo islámico carezca de tales iluminados intelectuales. Aquí, tengo que explicar algunas cuestiones.

La Primera cuestión, versa en este estancamiento en el desarrollo no es algo exclusivo del mundo islámico. Han existido muchas naciones a lo largo de la historia cuyo pasado fue muy brillante, y cuyo presente esta cubierto por nubes de ignorancia. Esto es como el destino de todas las naciones; la historia se repite a sí misma. Muchas de las civilizaciones y de las naciones tienen dicho destino, similar a un fuego llameante que es extinguido, o parecido a un equipamiento que se vuelve polvoriento y obsoleto, o un ser humano que nace, envejece y entonces muere. Podemos intentar renovarlos para poder extender su vida, pero esto puede llegar a ser muy costoso.

Segunda cuestión, que indica que hay tres fundamentos del espíritu islámico. El abandono de cualquiera de estos tres fundamentos paraliza hasta cierto punto, las otras dinámicas. Estos fundamentos pueden ser resumidos del modo siguiente: En primer lugar, interpretar las ciencias religiosas procedentes del Corán y de la Sunna de acuerdo con el entendimiento del siglo, como fue en el caso de los comienzos del Islam o la era de Tadwin (Registro de las Tradiciones). En segundo lugar, como leemos en el Sagrado Corán, y procedente del atributo de Kalam (hablar) de Dios, debemos leer también el libro del Universo y las leyes divinas encontradas en la naturaleza, que provienen de los atributos de Qudra (poder) e Iradah (voluntad) de Dios. Por último, debemos mantener el equilibrio entre lo material y lo inmaterial, el cuerpo y el espíritu, este mundo y el Más Allá, y lo físico y lo metafísico. Nos incumbe estar igualmente abiertos a cada uno de ellos. En un mundo donde la razón está abandonada, el corazón ha sido ignorado y el amor por la verdad y la nostalgia por el conocimiento se han extinguido, no es posible hablar siquiera de una elite de o de intelectuales humanos.

La tercera, de la misma manera que en el Occidente moderno de nuestros tiempos, el mundo musulmán experimentó un gran periodo de Ilustración y desarrollo. Existieron cosas positivas en este periodo, pero cuando las dinámicas vitales fueron abandonadas, por supuesto que también surgieron aspectos negativos. En algunos casos, la abundante riqueza material ocasionó la pereza en la gente, los sistemas industriales desviaron el sentido de la realidad de la gente, las victorias y los sucesos condujeron las pasiones de la vida de la gente, y la frivolidad extrema llevó a un estilo de vida decadente. En un contexto donde una atmósfera opresiva así, es dominante, el intelecto no puede emerger.

En cuanto a la cuarta y última cuestión, las ciencias positivas de hoy en día esencial y metodológicamente no están basadas exclusivamente en la investigación, en la experiencia y en el análisis de los musulmanes eruditos. Metodológicamente hablando, en estos tiempos modernos las ciencias están basadas en el positivismo, el naturalismo y el racionalismo en el sentido occidental. En el mundo de las ciencias, todos los análisis e investigaciones están bajo el control de cierto enfoque. Esto continuará hasta que nuevos genios emerjan para reinterpretar el mundo o la creación y para analizar y reestablecerla de acuerdo a sus propios pensamientos.

Pregunta: La cuestión de iytihad (razonamiento independiente) ha estado en debate en el mundo musulmán durante largo tiempo. Algunos pensaron que la puerta de iytihad estaba cerrada, y por supuesto esto ocasionó un estancamiento en el razonamiento. ¿Cuál debería ser el criterio para usar la metodología de iytihad?

La palabra Iytihad, el razonamiento independiente, literalmente significa «usar todo tu poder y esfuerzo con el propósito de transferir algunas obras arduas y difíciles a la existencia». En la terminología islámica, la palabra significa «usar todo tu poder para deducir algunas decisiones judiciales hipotéticas de las claras fuentes (adilla-i tafsiliyya) de la ley islámica». Quien realiza este esfuerzo es llamado un Muytahid. El asunto en el cual dichos esfuerzos son realizados se denomina Muytahadun fih. En un principio, existen dos condiciones para Iytihad. Primero, uno debe conocer las fuentes de la ley islámica que están relacionadas con los juicios jurídicos (ahkam). Segundo, Iytihad debe ser realizado por aquellos capaces de penetrar en el espíritu de las fuentes por medio de su inteligencia y de la lógica de la ley religiosa. Cualquier Iytihad que provenga de una persona idónea que reúna las características necesarias y que sea realizada dentro de un caso apropiado, es válido.

Por otra parte, Iytihad no está limitado a la analogía (qiyas). Puede hacerse a través de la analogía así como a través de las indicaciones, las pistas y los indicios de los textos jurídicos. También es posible deducir los juicios legales desde los aspectos lingüísticos del Corán y de la Sunna, incluyendo la retórica árabe y confiándose con el lenguaje metafórico y las figuras literarias.

El Islam, siendo la última religión universal, es el paradigma de soluciones a los problemas de los seres humanos de todos los tiempos y lugares. Estas soluciones están basadas en los textos limitados del Corán y la Sunna, los cuales se dirigen a los ilimitados problemas de los humanos. Esta bendita actividad comenzó en la era del Profeta y se desarrolló en la tercer y cuarto siglo después de la Hégira bajo el nombre de iytihad, ra’y (opinión legal subjetiva), istidlal (inferencia), qiyas (analogía), e istinbat (deducción). Dicha actividad ha permanecido viva en la práctica de los sistemas dinámicos del Islam y ha sido altamente fructífera.

El rico y original conocimiento jurídico, único en el mundo islámico, ha perdido su intensidad de años anteriores por razones tales como la exclusión del activo sistema de vida islámico de la esfera pública, la ausencia de mentes activas similares a las del primer periodo del Islam, la falta de espíritus inspirados y la deficiencia de intelectos superiores, conocedores del Corán y de la Sunna. Hay algunos que fracasan al razonar por inteligencia insuficiente, y están muy retrasados en su conocimiento del Corán y la Sunna, así como cerrados a la inspiración. Desde que este tipo de personas han aumentado su poder en los círculos religiosos, la fértil institución de iytihad ha sido reemplazada por la adopción incondicional y ciega (taqlid), la memorización y la copia.

Podemos observar varias razones que explican la razón de por qué el espíritu de iytihad se perdió y la puerta fue cerrada. Las siguientes son consideradas algunas de ellas: la opresión política, las luchas internas, el interrupción de la institución de iytihad, una confianza extrema en el sistema legal presente, un rechazo a la reforma, la ceguera ocasionada por el monótono sistema dominante presente en cada época. Todas se encuentran entre las razones de esta pérdida. Además, los creyentes que fueron elegidos para llevar a cabo iytihad basándose en su inteligencia y habilidades algunas veces fueron incluidos de manera errónea entre los herejes que proscribieron iytihad. La puerta, de hecho, nunca le ha sido cerrada a nadie. No obstante, algunos ulama tuvieron la inclinación de cerrar la puerta de iytihad a aquellos quienes querían promover sus propios deseos e interpretaciones como una guía. La puerta fue cerrada automáticamente en la misma cara de aquellos que no eran idóneos para hacer iytihad. Mientras que la sociedad no posea eruditos de prestigio que puedan realizar iytihad, no es posible ignorar los argumentos de aquellos quienes están en contra de iytihad.

Hoy, la gente comúnmente piensa en la vida terrenal. Las ideas y los corazones de la gente de hoy en día son enormemente dispares y las mentes se hallan separadas de las cosas inmateriales. La religión y la religiosidad no son asuntos importantes para la gente como si lo fue en los tiempos de los primeros musulmanes. Por el contrario, la gente permanece neutral ante la religiosidad o a la religión; lo cual quiere decir, que ser o no ser religioso es la misma cosa. Muchos no tienen interés alguno en cuestiones de fe y muchos de los fundamentos de la religión son ignorados. Los pilares del Islam y los principios de la fe son observados con reserva. Para muchos musulmanes la religión se ha colapsado. Muchos otros no hacen esfuerzo alguno para vivir sus vidas dentro del marco del Islam. Bajo tales circunstancias, difícilmente uno puede ver que este aspecto dinámico del Islam, iytihad, será usado apropiadamente.

A pesar de todo lo que acaba de ser mencionado, ha habido una gran recuperación de la religión y de la religiosidad en el mundo islámico moderno. Espero —si Dios quiere— que este desarrollo resulte en la aparición de aquellos quienes son idóneos para abrir la puerta de iytihad en un futuro próximo. Es mi convicción de que el consejo en si llegue, dichos espíritus efusivos e intelectos ingeniosos crearán grupos que constaran de especialistas en sus campos con un sumo sentido de responsabilidad para emprender iytihad. Espero que a través de tal consulta, esos grupos llenen el vacío que ha sido originado desde la pérdida del espíritu de iytihad. Vamos a dejar que esta masa se siga mezclando un poco más y veamos que es lo que el Todopoderoso hará.

Pregunta: La relación entre los hombres y las mujeres en el Islam es uno de los temas más controvertidos en los tiempos modernos. ¿Qué opina acerca de la posición que ocupan las mujeres en la sociedad?

El Corán invita a la gente a formar una vida familiar y señala que hay mucha sabiduría y beneficios en el matrimonio. « Dios os designó esposas de vuestra especie para que encontréis en ellas la quietud y de ellas os concedió hijos y nietos y os agració con todo lo bueno que apreciáis. ¿Es que van a creer en lo falso negando las bendiciones de Dios?» (16:72). El Corán contempla el matrimonio como una obligación seria por parte del esposo y de la esposa; es un convenio entre ambos. Este habla de los derechos del esposo y de la esposa. « En caso de divorciar a una esposa, para casaros con otra, y que hayáis dado a una de ellas una dote considerable, no os está permitido retomar algo de lo que le habéis dado. ¿Seréis capaces de retomarlo por imputación e iniquidad manifiesta? ¿Cómo podéis retomar lo que habéis dotado cuando habéis convivido íntimamente con ellas y ellas han recibido de vosotros un solemne y fuerte compromiso?» (4:20–21).

Además de esto, el Libro Sagrado en un principio enfatiza lo que es bueno y declara consistentemente que los cónyuges deben hacer lo que es bueno para el uno y el otro. «¡Creyentes!, no os está permitido considerar a las mujeres como objeto; no os está permitido heredarlas contra su voluntad sin antes entregarles sus dotes; no debéis presionarlas para apropiaros de una parte de la dote que les hayáis otorgado a menos que ellas hayan cometido un delito evidente de ofensas, inmoralidad o lujuria. ¡Creyentes!, debéis convivir bien con vuestras esposas, y si os disgustan, podría ser que desapreciarais algo que Dios os proveyó de mucho bien» (4:19).

Para fortalecer los lazos del matrimonio, el Corán ha colocado aún más responsabilidades sobre los hombros del esposo. Este también impone parte de la responsabilidad sobre la comunidad, en el caso de un desacuerdo entre los cónyuges y ve el divorcio, el cual a Dios le disgusta, como el último recurso cuando la reconciliación se hace imposible. « ¡Profeta! Si queréis divorciar a vuestras esposas, hacedlo con previsión de su período de espera (Idda). Y sed precisos en esta cuenta. No expulséis a las divorciadas de las casas que habitan en el momento del divorcio. No saldrán de ellas sino al cometer una clara y grave obscenidad. Estas leyes antes mencionadas son signos de Dios, las dictó para Sus siervos. Quien traspasa los límites de Dios es injusto consigo mismo. Y si se acerca el final del período de espera de las divorciadas, retornad a ellas en buena convivencia o separaos sin causarles daño alguno. Poned a dos conocidos justos como testigos del retorno o de la separación. Rendid el testimonio como se debe, sinceramente, por Dios. Esto que se os manda es lo que se aconseja a todos los que creen en Dios y en el último Día. Quien teme a Dios y mantiene sus mandatos y cumple con sus prohibiciones, Dios le da una salida frente a todo aprieto » (65:1–2).

Otros versículos coránicos dicen Hospedad a las divorciadas en su período de espera en algún lugar de vuestras casas, según vuestras posibilidades. No las dañéis incomodándolas en su habitación. Y si están embarazadas, dadles justo sustento hasta que terminen su embarazo. Y si las divorciadas están amamantando hijos vuestros, dadles un justo pago. Y que sea la relación con lo que se conoce como buen trato y sin avaricia. Y si uno de los dos perjudica al otro por su avaricia y la terquedad, entonces, otra mujer amamantará al niño, en vez de la mujer divorciada. Quien posea con holgura, que gaste de acuerdo a su holgura; y a quien se le haya dado una provisión restringida, que gaste de acuerdo a lo que Dios le haya dado. Dios no le impone a nadie sino en la medida de lo que le da. Dios da facilidad después de la dificultad». (65:6-7).

De este modo, el Corán, como en muchos casos en este asunto, además de recordarles a los cónyuges acerca de sus deberes el uno con el otro, subraya los principios fundamentales de la moral humana, e invita a los individuos a ser respetuosos con Dios y respetuosos el uno con el otro. Esta atmósfera de respeto es necesaria para la continuación de las relaciones humanas y legales. Esta es la razón por la cual instituciones tales como el matrimonio, con su aspecto exclusivo de privacidad, difícilmente pueden ser controladas por una persona ajena al asunto. La verdad es que es un inmenso asunto que debe ser referido a un juez o a un mediador en el caso de que haya desacuerdo entre los cónyuges. Y sí, la cuestión principal es prevenir los problemas desde muy al principio, o resolverlos en el momento en que estos ocurran. Esto está relacionado en gran parte a la personalidad, la ética, y las características de las dos partes. Es sumamente difícil mantener la armonía en la vida de casados a través de las diversas órdenes legales y filosóficas sin poner la fe en Dios en el corazón, sin un sentido de auto-crítica y sin respeto por la gente.

En varios lugares, el Corán, nos llama la atención enfatizando la cálida atmósfera del hogar «Y parte de Sus signos es que os creó esposas sacadas de vosotros mismos para que encontrarais sosiego en ellas y puso entre vosotros amor y misericordia; realmente en eso hay signos para gente que reflexiona» (30:21).

El Islam se dirige a las mujeres y a los hombres por igual y enaltece a las mujeres, con su extraordinario hálito, a una posición bendita. Ha hecho de las mujeres pasar, de ser meros objetos para los hombres, a alcanzar el mismo nivel que el paraíso situado a sus pies Después del surgimiento del Islam, nadie podía forzar a tales gentiles criaturas al adulterio, a la prostitución ni a la impureza. Ella no debía ser tratada como una propiedad; ni debía ser acusada de impureza. Tales acusaciones resultaban en un castigo severo para el acusador. «Y los que acusen a las mujeres honradas sin aportar seguidamente cuatro testigos, dadles ochenta azotes y nunca más aceptéis su testimonio. Esos son los descarriados. A excepción de los que se retracten después de haberlo hecho y rectifiquen, pues en verdad Dios es Perdonador y Compasivo. Y los que acusen a sus esposas sin tener más testigos que ellos mismos, deberán jurar cuatro veces por Dios que dicen la verdad. Y una quinta pidiendo que caiga la maldición de Dios sobre él si miente» (24:4–7). Las niñas no debían ser miradas con desprecio. El infanticidio estaba prohibido. «No matéis a tus hijos, temiendo caer en la pobreza, Nosotros proveemos para ellos y para ti. ¡Oh! Matarlos es un gran pecado», ha declarado el Corán (17:31). Aún si ellas son físicamente diferentes, esto no es razón alguna para mirarlas con desprecio. Desde el punto de vista coránico acerca de la creación, Adán es creado primero y Eva es creada por el mismo ser (7:189). Este retrato coránico nos recuerda que los hombres y las mujeres son igualmente humanos. Ambos son dos entidades que se complementan una a la otra, tal como el Corán lo presenta. La diferencia entre ambos está basada en ciertos propósitos y designios y no es ontológica. Los versículos coránicos que dan la impresión de darle superioridad al hombre sobre la mujer son expresiones en relación a ciertas capacidades. «No ansiéis aquello con lo que Dios ha favorecido a unos sobre otros. Los hombres tendrán una parte de lo que se hayan ganado y las mujeres tendrán una parte de lo que se hayan ganado. Pedidle a Dios Su favor. Realmente Dios es conocedor de todas las cosas» (4:32). El Corán nos recuerda estas diferencias, y que sean de un cierto género no debe ser visto como una razón para quejarse. No existe diferencia alguna del todo cuando se llevan a cabo las relaciones humanas. Quien sea que gane, gana para él o para ella.

Como está expuesto arriba, con respecto a la humanidad y a las relaciones humanas con Dios, no existe diferencia alguna entre mujeres y hombres. Ellos y ellas son iguales en relación a sus derechos y responsabilidades. La mujer es igual al hombre en los derechos de libertad de religión, libertad de expresión, libertad a vivir una vida decente y en la libertad financiera. Igualdad ante la ley, trato justo, matrimonio y fundar una familia, vida personal, privacidad y protección, todos estos derechos se encuentran entre los de las mujeres. Sus posesiones, vida y dignidad están aseguradas al igual que las del hombre. La violación de cualquiera de estos derechos tiene como resultado un castigo severo.

Sí, la mujer es libre e independiente ante la ley. Su feminidad no limita ni invalida ninguna de sus elecciones. Cuando sus derechos son violados, ella puede buscar la justicia tal como un hombre puede hacerlo. Si alguien toma sus posesiones injustamente, ella tiene todos los derechos para reclamarlas. Considerando algunas de las cualidades de las mujeres y de los hombres, el Islam ha desarrollado ciertas prescripciones legales: por ejemplo, las mujeres están exentas de ciertos cargos tales como los servicios militares, ir a la guerra, cumplir con las obligaciones financieras de la familia y de sí misma, etc.

Para dar testimonio, en efecto, el Corán dice que cuando no puedas encontrar a dos hombres para testificar, entonces un hombre y dos mujeres cuyo testimonio os satisfaga, de manera que si una de ellas olvida, la otra se lo haga recordar (2:282). No es aceptable deducir de este versículo, ningún significado para indicar la superioridad de los hombres sobre las mujeres en cuestiones de humanidad y valor ni nada por el estilo. El asunto principal aquí es la ejecución de la justicia. Esto no es una cuestión exclusiva para las mujeres. El testimonio de algunos hombres beduinos ha sido rechazado cuando el asunto está relacionado con los derechos y la ejecución de la justicia. El asunto del testimonio está relacionado con un fuerte mandamiento para la vida comunal. La implicación de testigos en todos los segmentos de la vida social—hoy en día aún es una realidad—, la falta de atestiguación en muchos aspectos de la vida de la gente siempre es posible para algunos hombres y mujeres. Esta cuestión sobre el testimonio en el Corán se refiere al testimonio hablado con respecto a los asuntos financieros y a los préstamos. Por otra parte, el testimonio de las mujeres por escrito, cuando es necesario, es aceptado como igual al del hombre por algunos eruditos de la ley islámica.

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