¿En qué medida la actividad altruista sirve a las funciones cívicas y democratizadoras?
Junto a los aspectos inspirados en la fe y los humanitarios, la dimensión cívica es otra característica importante de la acción altruista. Este tipo de acción ofrece muchas más posibilidades de participación que las actividades políticas. La acción altruista deja su impronta en una comunidad civil mucho más amplia que un partido político. Dota a la gente de propósito, de sentimiento de pertenencia, responsabilidad, compromiso, responsabilidad, y también de incentivos y de la satisfacción interior de intentar ser útil a los demás.
Asimismo, dado que la gente debe alcanzar un consenso sobre los detalles de un nuevo proyecto social, cultural o educativo, la acción altruista cumple otra función cívica y democratizadora: la gente aprende a negociar y persuadir, a presentar argumentos convincentes, a alcanzar compromisos y a ser flexible con las diferencias, a generar consenso y aceptarlo. Estas habilidades ayudan a la gente a vivir bien en sociedades democráticas.
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