Hizmet tiene efectos claros en la sociedad turca, ¿cómo puede decirse entonces que es apolítico?
Un aspecto destacado del Movimiento es que los participantes reconocen y respetan el sistema político, y que no muestran interés por alcanzar el poder o controlar el aparato del Estado. Hizmet adopta formas de acción y de organización que están abiertas al arbitraje e inspección por parte del sistema político turco, sin que pueda identificársele con éste. El Movimiento no actúa, por tanto, como una fuerza opositora minoritaria, o que rechace el sistema vigente en Turquía, o que impugne la «racionalidad» de las decisiones y metas impuestas por el sistema turco. El Movimiento es un actor cultural, o un movimiento social, y no un movimiento político.
La principal imputación del Movimiento es que los partidos políticos son incapaces de dar una expresión adecuada a las demandas colectivas. Esto se debe a que los partidos están estructurados para representar intereses que se mantendrán relativamente estables, o así se asume, y que poseen una base geográfica, ocupacional, social e ideológica definida. Asimismo, un partido debe asegurar la continuidad de los intereses que representa. En caso de enfrentarse a la tarea de representar una pluralidad de intereses, la estructura tradicional de un partido puede no ser capaz de ajustarse para poder acomodarlos a todos. De hecho, un partido político apenas puede compaginar objetivos a corto y largo plazo, de manera que puede actuar a favor de intereses inestables, parciales y jerárquicos, cuando busca ganancias y beneficios a corto plazo. En cambio, a diferencia de los partidos y fuerzas políticas, la participación de Hizmet en proyectos sociales y en las áreas específicas de la vida social demuestra su falta de interés por el orden jerárquico y los beneficios cortoplacistas.
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