Llamar a la gente con sabiduría y buena exhortación
Otro atributo de los Profetas es llamar a la gente al camino de Dios con sabiduría y buena exhortación. Nunca recurrieron a la demagogia y a la dialéctica, pero actuaron y hablaron sabiamente. Dios ordenó a Su Más Grandioso y Último Mensajero: Llama al camino de tu Señor con sabiduría y buena exhortación, y discute con ellos de la mejor manera posible. Tu Señor sin duda alguna conoce mejor a quién se ha extraviado de Su camino y conoce mejor quiénes son rectamente guiados (16:125).
La gente es mucho más que mente o corazón. Somos seres complejos con muchas facultades, incluidos la mente, el intelecto, el corazón y el alma. Todas nuestras facultades, hasta las más íntimas, requieren satisfacción. Los Profetas se dirigieron a todas ellas.
Aquellos que fueron educados por los Profetas adquirieron certeza, y su perspectiva difirió de aquellos que tenían una visión limitada de lo externo y carecían de perspicacia y de perspectiva espiritual. Su convicción en las verdades religiosas era inquebrantable y continuamente eran alimentados con la Revelación Divina. Combinaron el discurso con la acción, el conocimiento con la práctica, y la acción con la contemplación. ‘Ali ibn Abu Talib, entre otros, decía: «Si el velo de Lo Oculto fuera levantado, mi certeza no aumentaría».[54] No había ningún grado más de certeza que les quedara por alcanzar.
La educación dada por los Profetas a sus discípulos, o la función de los Profetas, es descrita con precisión:
Igualmente os hemos enviado un Mensajero de entre vosotros mismos, que os recita Nuestras Revelaciones, os purifica (de falsas creencias, faltas y todo tipo de impurezas), os instruye en el Libro y la Sabiduría y os instruye en lo que no sabéis (2:151).
[54] ‘Ali al-Qari, Al-Asrar al-Marfu‘a, 286.
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