¿Qué es «la unidad del ser» (wajdat al-wuyud)? ¿Este entendimiento se ajusta de alguna manera con las enseñanzas del Islam?
Wajdat al-wuyud (literalmente, la unicidad o la unidad del ser) es una enseñanza especialmente mencionada por parte de los místicos y los sufíes. Aunque la frase se refiera a un estado subjetivo, la experiencia interior alcanzada por los sufíes, también ha sido comprendida y tratada como un concepto filosófico y, como tal, interpretada de maneras diferentes. Algunos la han considerado hasta prácticamente indistinguible de wajdat al-mawyud (la unidad o la unidad de los existentes), una filosofía conocida en el Occidente con el nombre de monismo.
Como muchos otros más, wajdat al-wuyud ha llegado a nosotros con excesos y extremos en su uso y comprensión. En algunos casos, debido a la carencia de palabras convenientes para expresar la experiencia a la cual se refiere; en otros, debido a insuficiencias en la forma en la que la frase ha sido aplicada a la realidad ordinaria y visible de este mundo; incluso en otros porque se inclina a una forma de pensar muy parecida a otra doctrina filosófica, llamada panteísmo — la frase wajdat al-wuyud que, en el sentido estricto de la palabra, sólo se puede referir a Dios ha sido concebida e interpretada de diferentes maneras y llevada a una variedad de especulaciones poco sólidas y controvertidas—.
Según aquellos que adoptan la enseñanza de wajdat al-wuyud, existen tres grados de tawjid (la Unicidad):
1. Tawhid al-af’al (la Unicidad o unidad del Agente): Según este entendimiento, todo lo que sucede en el universo, sea donde y cuando sea, no hace falta buscarle otra razón, porque es directamente un acto de Dios —Como ya tratamos el tema de qasb (la interpretación o realización de los actos) y jalq (crear los actos), asuntos que pertenecen a qalam (la teología), en las preguntas relacionadas con el destino, no volveremos a repetir aquella discusión aquí—. Aquellos que adoptan la idea de tawjid al-af’al citan los siguientes versículos para apoyar su opinión:
Cuando Dios os ha creado a vosotros y a lo que hacéis… (37:96)
Todo viene de Dios… (4:78)
2. Tawjid al-sifat (la Unicidad o unidad del Sujeto): Significa que de todos los predicados, el único Sujeto es Dios. Según este entendimiento, toda la volición y predisposición, todas las fuerzas y los poderes, todo el conocimiento y las facultades, tan sólo pertenecen a Dios; son una expresión inteligible, una obra o un estado realizado de Él.
3. Tawjid al-zat (también, tawjid al-wuyud) (la Unicidad o unidad de la Esencia o del Ser): Significa que en esencia toda la existencia es Única; y todo lo visible o cognoscible alrededor de nosotros, aparte de Él, es una manifestación y revelación de Él en ciertos estados.
Hay mucho que decir sobre este tema, desde los rangos de tawjid hasta los matices más sutiles entre la manifestación y la revelación. Sin embargo, como la pregunta mencionada aquí concierne sólo al tercer modo de tawjid, sólo trataremos el tema de Tawjid al-Zat (la Unicidad o unidad de la Esencia o el Ser).
Dado que este tipo de tawjid, como mencionamos, es el resultado de un estado interior o directo, una experiencia interior (zawq), muchos eruditos no consideran el asunto factible de ser sometido a una discusión racional.
De hecho, cuando los seres y los acontecimientos no se refieren por completo a Dios y Sus Nombres, es imposible explicarlos del todo. Esto es reconocido por toda la gente de razón, que reflexiona seriamente y sigue sus reflexiones. Hay semejanzas considerables entre el entendimiento de tawjid de aquellos que emplean métodos racionales de investigación, y aquellos que siguen las disciplinas del Sufísmo. Sad al-Din Taftazani, en su «Sharj al-Maqasid» (Explicación de los Motivos), distingue dos grupos entre aquellos que exponen el tema de wajdat al-wuyud, de entre uno de los cuales él determina hallarse dentro de los límites de Ahl al-Sunna, a saber, ortodoxo: no hay ninguna disputa sobre este grupo o en relación con el mismo
Según Taftazani, estos dos grupos son sufiyya y mutasawwifa. El primero acepta la pluralidad en wuyud como lo es en mawyud. Sin embargo, cuando el sufí alcanza a Dios, se encuentra sumergido en el océano de irfan (percepción, conocimiento directo); y experimenta fana, el fallecimiento o la pérdida de su ser en Dios y sus atributos en los atributos de Dios. A consecuencia de esta experiencia mística, cree que no existe nada más que Dios; se considera como el centro (mijraq) de toda la manifestación (tayalli) de los Atributos Divinos: este es el estado que los sufíes denominan fana fi l-tawjid o perecer en la Unidad. Muchas veces, debido a la incapacidad de entender la realidad de la situación, los sufíes pronuncian palabras que expresan una condición de morar en Dios (julul) o de unión con Dios (ittijad).
De acuerdo a algunos sufíes, tal entendimiento de tawjid es el resultado de aquella etapa o grado de la unión con Dios (maqam al-yam). Pero este es en primer lugar un asunto de irfan, y posteriormente, un asunto de experiencia o degustación (zawq). En este punto, atribuirle la verdadera existencia a seres incapaces es contradictorio a la visión de los sufíes (mushahadat). Es por eso, que reconocer asbab (causas) en aquel estado sería reconocer, en cierto modo, asociarle alguien a Dios (es decir, cometer shirk). Por otra parte, negar asbab sin alcanzar realmente tal grado de conocimiento, sin experimentarlo realmente del todo, es la hipocresía y una aseveración simplemente teórica. Por lo tanto, una persona que niega la unión (yam) se considera sin irfan (el que no sabe y no percibe) y una persona que niega la diferencia entre Dios y el ser humano (farq) se considera inconsciente de los secretos de la servidumbre a Dios. La persona madura es el que acepta tanto farq como yam, cada uno en su lugar.
El segundo grupo comprende a aquellos que discuten un entendimiento absoluto de wajdat al-wuyud. Según ellos, el Ser es Uno, y no es nada más que Dios. La multiplicidad de lo visible es sólo imaginación o ilusión.
Mientras «wajdat al-wuyud» según los sufiyya es un asunto de estado afectivo (jal) o una experiencia directa (zawq), los mutasawwifa parecen considerarlo como una convicción establecida y filosofía. De hecho, no son pocos los teólogos que han compartido aquella convicción. Algunos de ellos, como Yalal al-Din Dawwani (Mevlana), lo han defendido vigorosamente. Sin embargo, el consenso general de los eruditos de Ahl al-Sunna consiste en que la realidad de las cosas en el mundo es zabit (está bien establecida).
Sheijulislam M. Sabri en su «Mawqif al-Aql» (El Estado de la Razón) indica que el concepto de wuyud al-haqq (la unicidad o la unidad de la realidad) está detrás de wajdat al-wuyud. Pero, como es conocido y aceptado tanto por los eruditos como los teólogos, wuyud es una adición a majiyya (esencia); esto es así tanto en wuyub (necesario) como en el mumkin (posible). Sin embargo, el Imán al-Ash’ari defendía la idea de que wuyud es lo mismo que mahiyya tanto en wuyub como en mumkin. Mientras los filósofos están de acuerdo con al-Ash’ari en cuanto a wuyub, comparten la idea de los teólogos en cuanto a mumkin. Como las escuelas del Ash’ari y los filósofos consideran que wuyud viene ciertamente de Dios mismo y de Su Ser (Wuyud), le confieren un wuyud imaginario y relativo a todo y consideran toda la existencia como una derivación del Uno, Dios mismo.
El hecho de que si el Ser de Dios o Sus Atributos es lo mismo o es otra cosa aparte de Dios por sí mismo es un asunto que ha sido discutido durante mucho tiempo. Algunas personas, incluso los eruditos más destacados del Islam, consideran wuyud al-Bari igual que el Ser Divino inscrito en Él. Para concluir, la gente que defiende la enseñanza de wajdat al-wuyud y wajdat al-mawyud (monismo) puede llegar a afirmar que están equivocados (dalala), pero esto es una responsabilidad demasiado enorme con la que cargar.
Yalal al-Din Dawwani, en su Risalat al-Dawwani, comentó que el ser del Verdadero (al-Haqq) es el mismo que Su Esencia (Zat) y que no hay ningún verdadero ser o existente además de Zat al-Haqq; y que como wuyud es wuyud, esto no puede ser nada más que el ser del Verdadero, wuyud al-Haqq. Esto implica que la existencia de todos los existentes no es verdadero, sino itibari (imaginario, relativo). Dawwani da un paso más allá y observa que es imposible considerar la creación como la comprensión existente que son independiente y totalmente existentes (mustaqil) tanto en su ser (wuyud) como en su manifestación externa: «En cuanto a wuyud, es imposible atribuirle la existencia [independiente] a a‘lam (el universo); es imposible para algo existir en sí mismo. Con respecto a las manifestaciones externas, es imposible atribuirle una existencia independiente a mumkinat, porque una cosa sólo puede ser la manifestación relativa del Verdadero Ser, al Wuyud quién es al-Haqq (el Verdadero). Ningún ser existente (mustaqil haqiqa) tiene su verdadero ser excepto con relación al Verdadero Ser, su ser depende de Su Ser — y es en esa dependencia que se puede decir que existe—. Por lo tanto, no deberíamos considerar entidades lo que sabemos que está basado en las conjeturas (wahm) y es imaginario (jayal) como realmente existentes (mawyud). Ibn Al-Arabi (Abenararabi) va todavía más allá e insiste que lo que es visible en el universo es una manifestación y la reflexión, esto no es nunca un mawyud (existente), ni siquiera derivado de ella. Dios de manera constante y continua se manifiesta a sí mismo y el universo se renueva constante y continuamente. Estas manifestaciones se suceden la una a la otra, una y otra vez, y el universo de manera constante y continua va de acá para allá entre la existencia y la inexistencia debido a estas manifestaciones consecutivas.
Estas manifestaciones se suceden una a la otra tan rápidamente, que ningún intervalo o fisura se percibe en la continua jerarquía de los seres. El universo retrocede y avanza de manera constante y continua entre la existencia y la no existencia.
Mawlana Yalal al-Din al-Rumi comparte las mismas ideas y las expresa de una forma original: «¡Oh Alma de nuestras almas! ¿Quiénes somos nosotros que nos atrevemos a dotarlas de existencia por sí mismas? (En comparación a Ti, qué o quiénes somos nosotros que nos atrevemos a hacer tal afirmación). Somos un gran número de nada. Nuestra existencia, asimismo, no es más que nada. En cuanto a Ti, Tú eres al-Mutlaq Wuyud, el que expone todo el fani (las entidades efímeras y perecederas) en un espejo en el cual todo se va a reflejar. Cada uno de nosotros es un león, pero no uno real sino uno bordado en una bandera agitada por el viento. Sus movimientos se aprecian en el vaivén de la bandera, pero el viento que los mueve no se ve —¡Que el Invisible jamás nos niegue Sus bendiciones sobre nosotros!—. Nuestra existencia nos es concedida por Ti y sólo somos Tu creación. Tú hiciste experimentar a la inexistencia el deleite de la existencia y lo hiciste para la eternidad Tú encandilado amado». Esta perspectiva que lo considera todo como una manifestación de al-Haqq no puede atribuirle la entidad propia de un ser a cualquier cosa. Aunque Rumi considere que el universo tiene vida, que existe, lo hace metafóricamente (mayazi) y por la causa de su existencia, una manifestación de al-Haqq.
Sin embargo, hay una multiplicidad y variedad en el mundo visible. Algunos sufíes, que acabamos de mencionar, consideran esta multiplicidad y variedad como una manifestación de al-Haqq y lo explican como subordinado a las habilidades (istidat) de los espejos; y creen que esta perspectiva no es contraria ni perjudicial a la unidad del Ser Divino.
Yunayd al-Bagdadi transmite el mismo punto de vista en su conocido comentario: «El agua adopta el color del recipiente que la aloja». El Correcto o Verdadero Ser es Uno. Tal y como la Luz es Una, que todo lo ilumina, todas las criaturas son reflexiones y ondas de esta Luz. Como las gotitas de lluvia, que aparecen adoptando diferentes formas, como el agua, el hielo y el vapor, los diferentes estados de una sustancia; del mismo modo, las cosas y los acontecimientos, que se manifiestan de diferentes maneras, son las manifestaciones de la misma Realidad.
A diferencia de los primeros sufíes, cuyas opiniones se dirigen a una sólida creencia en tawjid, los integrantes del grupo mutasawwifa que tratan el asunto de wajdat al-wuyud de una forma filosófica no han sido capaces de liberarse de expresiones y declaraciones predispuestas a julul e ittihad. De hecho, cuando se explayan sobre el asunto desde el punto de vista científico y filosófico, no se pueden considerar libres de tal consecuencia. En efecto, incluso buscan pruebas para apoyar su posición en los versículos del Corán y los hadices del Profeta, que la paz y las bendiciones sean con él.
Los versículos son los siguientes:
Y no los matasteis vosotros, Dios los mató. Ni tirabas tú cuando tirabas sino que era Dios quien tiraba… (8:17)
Los que te han jurado fidelidad, se la han jurado en realidad a Dios… (48:10)
Hemos creado al hombre y sabemos lo que su alma le susurra. Estamos más cerca de él que su propia vena yugular (50:16)
Y los hadices son:
Dios Todopoderoso dice: «¡Oh hombre! Yo me puse enfermo, y tú no viniste a visitarme». El hombre responde: «¡Señor mío! Tú eres el Señor de todos los reinos ¿cómo puedo yo visitarte?». Dios dice: «No sabes que algunos de mis siervos enfermaron, pero tú no los visitaste. Si lo hubieras hecho, Me habrías encontrado con él».[1]
Dios Todopoderoso dice: «...Mi siervo tan sólo se acerca a Mí con algo más amado que las obligaciones religiosas que le he impuesto, y continúa acercándose a Mí con rezos supererogatorios para que yo lo ame. Cuando lo amo, me convierto en su oído con el cual oye, en sus ojos con los que ve, en sus manos con las que agarra y en sus pies con los que camina...».[2]
Se pueden relatar muchos más hadices parecidos y otros versículos del Corán sobre este asunto. Sin embargo, creemos que esto no va a cambiar nada, así que lo discutiremos brevemente. Igualmente, los comentarios sobre este asunto de las importantes personalidades del Sufismo, de los cuales hemos mencionado solamente a algunos hasta ahora, son demasiados como para ignorarlos. De todas formas, como tratar de todos ellos en el ámbito de este cuestionario sería imposible y quizás innecesario, sólo vamos a mencionar a algunos de ellos.
En primer lugar, calificar los dos primeros versículos mencionados arriba entre mujqamat (las evidentes verdades) del Corán y así cerrar la puerta a cualquier contradicción de la fe islámica, es el camino seguro de la correcta interpretación al cual muchos importantes mufassirs (intérpretes del Corán) se han adherido.
No importa si la acción aludida en el versículo es atribuida a Dios o a Su Profeta; si es un milagro o una acción referida por parte de Dios a Su más glorioso servidor para cerciorar Su gloria; o si expresa Su fuerza y poder, confirmando Su Verdad.
De hecho, en los versículos mencionados, lo que es empleado para justificar una interpretación extremada de wajdat al-wuyud, más bien enfatiza y confirma la (separada) realidad de lo que existe en el mundo. Ya que hablamos de la diferencia entre el incrédulo y el creyente, el asesino y la víctima así como muyatab (la tercera persona), es posible deducir la unidad del ser a través de interpretaciones complicadas e inverosímiles. Sobre todo para deducir del versículo que dice «Estamos más cerca de él que su propia vena yugular», un significado a favor de la idea de wajdat al-wuyud es imposible.
En los hadices, es obvio que se habla de la separación y la multiplicidad, no de la unidad del ser. Reconocer que un servidor (‘abd) es una criatura secundaria hasta que adquiere proximidad (qurbiya) a Dios, y posteriormente hablar acerca de la unicidad de los dos es una forma burda y ordinaria de creer en julul e ittijad (en la morada y la unión) que hasta los mutasawwifa no aceptan. Además, incluso en las palabras de los «hombres de Dios» pronunciadas para afirmar la Unicidad de Ser, es evidente que existe una dualidad:
Eres Sol o mar; la Montaña de Qaf o Ave Fénix.
¡Oh Ser, que está más allá de la comprensión de las mentes!
Tú eres el Eterno e Ilimitado.
Sin embargo, como Tú te apareces en innumerables formas, aquellos que se unen o se asemejan a Ti quedan embelesados
— Rumi—
Sin necesidad alguna de añadir más comentarios o interpretaciones, es obvio que todo aspira o proclama basarse en la dualidad y la multiplicidad. Aunque otras personas busquen pruebas sobre el entendimiento de wajdat al-wuyud en las palabras de los mutasawwifa, estos mismos siempre tratan de afirmar el reino de multiplicidad a través de sus acciones, como, por ejemplo, aniquilando sus nafs (el yo carnal). A excepción de la separación de Dios, ¿cuál es el sentido de todas las privaciones y pautas de aquellos que cumplen con la enseñanza de Wajdat al-wuyud, de sus esfuerzos en pos de la perfección o de su búsqueda para ser librados de sus carencias? Además, la profunda sinceridad en la servidumbre hacia Dios de aquella gran gente contradice absolutamente el intransigente entendimiento filosófico de wajdat al-wuyud.
Mientras que cualquier creyente en wajdat al-wuyud acepta su propio compromiso ante Dios, su servidumbre ante Dios, esto significa que reconoce la diferencia entre amir (el superior) y ma’mur (el subordinado). Después de reconocer la subordinación, insistir literalmente en la unidad de wuyud es pura contradicción. A excepción de unos pocos zindiq que rechazan la servidumbre, ningún mu’min (creyente) se ha atrevido alguna vez a rechazar la servidumbre a Dios. Por lo tanto, el entendimiento de wajdat al-wuyud de sufiyya —que en realidad atañe a wajdat al-shujud (la unidad o la unicidad de la contemplación)— es el resultado del estado afectivo en el Sufismo, istighraq (concentrarse en la contemplación extasiada, beatitud), y de una carencia de palabras y frases para expresar lo que se siente, el entendimiento de wajdat al-wuyud de algunos mutasawwifa procede de la debilidad y la insuficiencia de la interpretación de los conceptos filosóficos y los argumentos que los sufíes experimentan como conocimiento introspectivo y contemplación. Asimismo, estos conceptos y argumentos filosóficos tienen su origen, con mayor probabilidad, más en una escuela de pensamiento desarrollada a partir de una filosofía occidental —influenciada por el Cristianismo y la filosofía de la Grecia Clásica— que en el Islam.
La acusación de que algunos de los eruditos más importantes del Islam procuraron introducir la doctrina de «panteísmo» en el Islam bajo la influencia de los neo-platónicos no debe ser aceptada bajo ningún concepto. Se debería aclarar que estos grandes hombres no consideraron pernicioso emplear algunos términos neo-platónicos cuando precisaban de vocablos para expresar lo que habían experimentado en sus mushahadat (visiones) y percepciones. Por otra parte, hay una enorme diferencia entre aquellos dos grupos de personas en relación al entendimiento de la Esencia Divina.
Un grupo de gente que haya encontrado el equilibrio entre este mundo y el Más Allá tal y como es transmitido a través del Corán nunca puede ser considerado de acuerdo con el entendimiento de wajdat al-wuyud como se atribuye a los mutasawwifa:
1. Creencia en Un Dios Omnipresente significa aceptar las cosas más inadecuadas e irrelevantes como «Dios», y ninguna lógica aceptaría una cosa tan absurda.
2. El Corán aduce pruebas del universo y la creación para la Unidad y la Existencia de Dios, que indica que la realidad del mundo creado es Zabit (bien establecida).
3. En el Corán, muchos versículos reiteran que el universo será destruido, después de lo cual se establecerá un nuevo mundo. La destrucción y la extinción de algo no tiene sentido si no existe en primera instancia. Hablar de la destrucción de algo cuya realidad no está establecida (Zabit) es absurdo y fútil. Y el Corán se halla totalmente libre de lo absurdo o la inutilidad.
4. Todos los Profetas, que la paz sea sobre ellos, enseñan que todos los seres, sean grandes o pequeños, fueron creados después, y con insistencia reiteran la doctrina que la relación entre Dios y los otros existentes es sólo una relación entre el Creador y lo creado. Según el entendimiento de wajdat al-wuyud atribuido a mutasawwifa, los Profetas y las verdades que les fueron otorgadas a través de las revelaciones se deberían declarar falsas, lo cual es una abominación tanto para el corazón como para la mente.
5. De hecho, las pruebas aportadas para apoyar el simple y literal entendimiento de wajdat al-wuyud afirman la idea de la multiplicidad del ser.
6. Gran número de versículos del Corán afirman que los obedientes serán recompensados y los rebeldes serán castigados. A partir de un entendimiento literal de la unidad de ser, cualquier juicio de esta clase no es más que una imposibilidad, ya que no es posible contestar a preguntas tales como «¿Quién es disciplinado?» «¿Qué es una bendición (nimat)?» y «¿Dónde se encuentra?» «¿Quién es culpable?» «¿Qué es castigo?», etcétera.
7. Si todas las cosas se consideran como Dios y los acontecimientos como un tipo de manifestación suya, entonces sería injusto criticar a los ídolos y la idolatría. Ya que como todos los acontecimientos son manifestaciones suyas, los ídolos y la idolatría no se pueden considerar como otra cosa más. Por otra parte, es obvio que el Corán y la Sunna, que establecen tawjid, son el mayor enemigo de la incredulidad y la idolatría.
8. Si el entendimiento de wajdat al-wuyud se acepta tal y como lo hacen los mutasawwifa, esto requiere la idea de que la sustancia es qadim (eterno), con el consenso de la comunidad (bi-l-iyma’) equivalente a kufr (la incredulidad) y aquellos que son realmente «hombres de Dios» están absolutamente lejos de cometer tal kufr.
Hay claras diferencias entre el entendimiento de wajdat al-wuyud de los mutassawwifa y el entendimiento literal filosófico del concepto que tiende a ser asimilado en la esfera del panteísmo. Desde luego que existen unas semejanzas externas entre los dos. El entendimiento filosófico mantiene que Dios y el universo tienen el mismo ser, y esta idea se puede dividir en dos partes:
a. Dios es un Verdadero Ser y el universo no es nada más que una recopilación, una disposición o composición de algunas manifestaciones (tazahurat) o emanaciones (sudurat). Esta es una visión compartida por Spinoza y sus seguidores.
b. Sólo el universo es verdadero. Dios es el maymu (suma, un todo) de todos los existentes (mawyuds). Esta es la perspectiva del panteísmo naturalista seguido por Hegel y sus discípulos.
En resumen la diferencia es ésta: como resultado de haber experimentado fana (la extinción) los mutasawwifa niegan la realidad del universo; el grupo filosófico ignora al Creador del universo e intenta dejarlo a un lado. Mientras el entendimiento de wajdat al-wuyud de los mutasawwifa implica wajdat al-shujud (la unidad de la presencia), la comprensión de los otros sobre ello se inclina hacia el wajdat al-mawyud (monismo). El primer grupo, incapaz de expresar su estado afectivo (hal), sus perspectivas (mushahada) e istighraq (absorción), recurre a mutashabihat (metáforas, alegorías) debido a la carencia de palabras para expresar lo que sienten. El otro grupo teoriza el concepto, y trata de constituir una filosofía formal y una ciencia a partir de ello. Mientras el primero empieza con Dios y luego evalúa los existentes y los acontecimientos desde este punto de vista, el segundo trata de examinar el asunto haciendo a Dios dependiente de los existentes. Mientras que existe una experiencia directa (zawq) de Dios en el primero, en el segundo solamente encontramos teoría y especulación. Mientras el primer grupo pierde su identidad en suma humildad ante Dios, los segundos elaboran una filosofía de su ser como el wayib al-wuyud.
Dios es el que sabe mejor.
[1] Muslim, Birr, 43
[2] Bujari, Riqaq, 38
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