Argumentos para la Unidad Divina
(Adaptación del libro «Las Palabras» de Said Nursi, concretamente la Segunda Estaciónde la Vigésimasegunda palabra)
• Cada cosa, cada ser en la existencia ensalza la Unidad de Allah como una verdad manifiesta. Por ejemplo, de los innumerables argumentos para Su existencia y Unidad, la vida considera: Él crea todas las cosas de una sola y crea una de numerosas cosas. Instituye incontables órganos y sistemas en el cuerpo animal por el fluido que lleva el esperma y también por el agua simple que es bebida. De esta manera, crear de una cosa todas las demás, es seguramente la obra de Alguien Absolutamente Omnipotente. Asimismo, Alguien Que transforma con perfecto orden numerosas sustancias contenidas en innumerables especies de vegetales o en alimento animal, en cuerpos particulares, tejiendo en ellos una única piel para cada uno, y varios miembros del cuerpo, seguramente es Alguien Omnipotente y que Todo lo Sabe.
• Si consideras el aire, también puedes ver en éste Su innegable Unidad. El aire es un maravilloso conductor: conduce innumerables sonidos, voces, imágenes y otras tantas cosas como el rayo, el trueno etc. Conduce todo en el mismo instante, sin la menor confusión y sin que una cosa obstruya a la otra. Esto demuestra explícitamente que hay Alguien, sin asociados, Que ha creado todas las cosas según Su Sabiduría y las controla y las administra.
• El Universo se asemeja a un árbol, que ha crecido procedente de una semilla que contiene todas las instrucciones de la futura forma del árbol. Así que todas las cosas en el Universo están estrechamente relacionadas unas con otras. Cada partícula en el cuerpo a su vez está interrelacionada con las demás, como por ejemplo, una partícula situada en la pupila del ojo esta interrelacionada con el ojo por descontado, así como también con la cabeza, y las facultades reproductivas —la atracción y la repulsión—, con las venas y las arterias del sistema circulatorio, con el sistema nervioso central, con el sistema locomotor y con el resto de sistemas, órganos y componentes del cuerpo humano. Esto evidentemente muestra la labor de alguien que no es ciego, en la que todo el cuerpo, incluyendo cada una de sus partículas, componen la obra maestra de Alguien Eterno y Omnipotente, que se rige bajo Su orden.
Una molécula de aire puede posarse sobre cualquier flor y cualquier fruta. También puede penetrar en ellas y operar dentro. Si no estuviera sometida bajo las ordenes de Alguien Absolutamente Omnipotente, esa molécula errante gaseosa tendría que conocer todos los sistemas, todas las estructuras de todas las flores y frutas y cómo se han formado hasta sus líneas moleculares periféricas por si misma. Por lo tanto, la molécula, muestra los rayos de una luz de Divina Unidad como un Sol. Puedes comparar de esta manera la luz, la tierra y el agua con el aire.
En cualquier acontecimiento, la fuente original de las entidades, aquellos compuestos químicos básicos de todos los seres vivos son, según la ciencia, el hidrógeno, el oxígeno, el carbono y el nitrógeno, componentes de la tierra, el aire, el agua y la luz. También, en cada partícula hay dos testigos más verdaderos de la necesaria existencia y Unidad del Creador: a pesar de su absoluta ineficacia, cada partícula es capaz de hacer una gran variedad de deberes significativos, y a pesar de su inercia, por actuar en conformidad con el orden universal, cada partícula despliega una conciencia universal. Eso significa que, cada partícula testifica, a través de su impotencia, ante la necesaria existencia del Absolutamente Omnipotente, y a través de actuar en conformidad con el orden del universo, ante Su Unidad.
• De las criaturas vivas, un ser humano, por ejemplo, es sencillamente una miniatura del Universo, un fruto del árbol de la creación, una semilla de este mundo que contiene los modelos de la mayoría de los seres vivos. Es como si ese ser vivo fuera una gota destilada de todo el Universo en el equilibrio más sutil y sensible. Eso significa que, para crear a este ser vivo y ser el Señor sobre él se requiere tener una libre disposición de todo el universo.
De esta manera, alguien que no está imbuido de fantasías y delirios entenderá que los siguientes ejemplos son estampas únicas del Creador de todas las cosas y el Señor Absolutamente Majestuoso del Universo: una abeja obrera que contiene un ramillete de la mayoría de las hermosas características; para circunscribir, por ejemplo, en el hombre, la mayoría de los rasgos del universo; para incluir, en una diminuta semilla de higo, la información genética de toda la higuera, y para exhibir, por ejemplo, en el corazón del hombre, las obras de todos los Nombres Divinos que están manifestados por todo el universo, y para registrar en la memoria humana, que está situada en un lugar del tamaño de una lenteja, los «escritos» suficientes como para llenar una biblioteca, e incluir en un índice detallado todos los acontecimientos del cosmos.
• La vida en todo el Universo despliega una sinfonía de cooperación mutua. Precisamente como los miembros, órganos y sistemas, incluso las células, de un cuerpo animal vivo, todas las partes del Universo se apoyan y ayudan unas con otras. Por ejemplo, una sola manzana que comienza su existencia recibe la ayuda del aire, el agua, la tierra, el Sol e incluso de todas las partes del universo, que cooperan para su correcto crecimiento. Como los componentes de una fábrica o los bloques de construcción de un palacio, las criaturas se apoyan unas con otras, buscan ayuda y cooperan para encontrar las necesidades de las otras. En un perfecto orden todas trabajan juntas. Uniendo esfuerzos, sirven a los seres vivos. Los elementos en la tierra vienen en ayuda a las plantas: sirven en su comienzo de la existencia y mantienen sus vidas. La mayoría de los animales viven de las plantas y el hombre subsiste alimentándose de las plantas y los animales. De esta manera, los elementos constituyen los pilares de la constitución física de los seres vivos.
Ciertamente, actuando de acuerdo a la regla de auxilio mutuo que está en vigor en todo el universo, desde el Sol y la Luna, la noche y el día hasta el invierno y verano, desde las plantas que vienen a ayudar a los animales necesitados y hambrientos, y los animales que se apresuran en auxiliar a los hombres débiles y necesitados hasta las sustancias nutritivas que ponen todo su empeño en asistir a los niños —frutas y partículas de comida delicadas e indefensas, moviéndose para ayudar a las células del cuerpo—, todos y todas demuestran a cualquiera que no esté del todo ciego que están actuando a través del poder de un solo Educador Muy Generoso, y que están a la orden de un único Administrador Muy Sabio.
• La providencia y el favor universales incluidas en la sabiduría universal que es claramente aparente en la creación determinada de las cosas, la extensa misericordia evidente desde la providencia, y el sustento universal requerido por aquella misericordia para proveer a todos los seres vivos con el alimento que necesitan, forman un sello de Unidad Divina tan brillante que nadie que no haya perdido del todo su poder de visión y razonamiento la verá y entenderá.
Como un ser individual con la necesidad de la sustancia para mantener su vida, vemos que todos los seres en el mundo, especialmente los vivos, universales o particulares, todos o en partes, tienen muchas necesidades, materiales y de otro tipo, para su existencia, vidas y mantenimiento de las mismas. Necesitan tantas cosas que aunque sean incapaces de obtener lo más mínimo de ellas, vemos que todos sus requerimientos, su sustancia material e inmaterial, son encontrados por ellos inesperadamente, con perfecto orden, en su momento apropiado, de una manera adecuada y con perfecta sabiduría. ¿Este deseo y necesidad de las criaturas y esta manera de ayuda y asistencia desde lo Invisible no demuestra tan claramente como el Sol a un Alimentador o Majestad Totalmente Sabios, un Proveedor de Gracia Totalmente Compasivo?
• Considera el Sol: desde los planetas hasta las gotas de agua, los fragmentos de vidrio y los centelleantes copos de nieve, un radiante efecto particular es evidente para el Sol. Si no aceptas que los diminutos soles que aparecen en estas innumerables cosas son las manifestaciones del reflejo del Sol, entonces tendrás que aprobar lo absurdo de aceptar la existencia actual de un Sol en cada gota de agua, en cada fragmento de vidrio y objeto transparente que enfrenta la luz del Sol.
Si las imágenes de los reflejos del Sol en las gotas de agua y los fragmentos de vidrio y los diversos colores en las flores no son atribuidas al Sol, entonces será necesario aceptar la existencia de innumerables soles en lugar de un único Sol. Lo cual es una superstición completamente inconcebible. De la misma manera, si todo en el Universo no es atribuido a Allah, al Absolutamente Omnipotente, será necesario aceptar, en lugar de Un solo Allah, tantos dioses como partículas en el universo. Esto significará llegar al extremo de aceptar unas cien cosas inconcebibles.
• Allah da vida durante la primavera y el verano a cientos de miles de especies de plantas y animales con completa diferenciación y especificación, perfecto orden y separación sin confusión ni mezcolanza. Él «extiende» sobre la faz de la tierra las porciones individuales de cientos de miles de especies diferentes todas sin falta, dejando de lado el error o la deficiencia, y de una forma muy bien equilibrada, bien proporcionada, ordenada y perfecta. Esto evidentemente señala a Alguien con Majestad, un Omnipotente, Alguien con Perfección, Alguien Sabio con Gracia y Belleza, Alguien que tiene un infinito Poder, un Conocimiento que todo lo abarca y una Voluntad capaz de gobernar todo el universo.
Asimismo, considera las sorprendentes operaciones Divinas a lo largo y ancho de la Tierra durante la primavera y el verano. Pues esa actividad es absolutamente extensa además de rápida, hecha en absoluto orden, con una belleza artística y una forma de creación de lo más perfectas. Por lo tanto, este es un sello tal que sólo el Único con un conocimiento infinito y un poder ilimitado puede poseer. Ese sello ciertamente le pertenece a Alguien que, aunque no resida en ninguna parte, está totalmente presente y es completamente visible en todas partes. Nada está oculto para Él, ni es difícil para Él. Con respecto a Su Poder, las partículas y las estrellas son exactamente iguales.
• Las semillas sembradas en un campo demuestran que el campo y las semillas, ambos por igual, pertenecen a su dueño. Asimismo, los elementos fundamentales de la vida —como el aire, el agua y la tierra— son universales y están presentes en todas partes a pesar de su simplicidad, y cada uno es de la misma naturaleza en todas partes, y las plantas y los animales se encuentran en todos lados a pesar de su naturaleza esencialmente similar con respecto a las diferentes condiciones de la vida, y esto demuestra que están bajo la disposición de un solo Creador que despliega milagros de tal manera que cada flor, cada fruto, y cada animal es una marca, un sello, una firma del Creador. Dondequiera que se encuentren, cada uno proclama en la lengua de su ser: «De quien quiera que sea la marca que yo llevo, esta situación también es de Su creación. De quien quiera que sea el sello que llevo, este lugar también es una misiva Suya. De quien quiera que sea esta firma que revelo, esta tierra también es de Su tejido». Esto significa que sólo aquel que tiene todos los elementos bajo el control de Su Poder puede poseer y sostener a la más pequeña de las criaturas, y cualquiera que no esté ciego puede ver que sólo el Único Que ejercita el Señorío sobre las plantas y animales puede poseer, sostener y gobernar a las más simples de ellas.
En la lengua de la semejanza para los otros individuos, cada ser individual dice: «Sólo el que posee mi especie puede ser mi dueño, no de otra manera». En el lenguaje extendido sobre la faz de la Tierrajunto con otras especies, cada una dice: «Sóloel que posee toda la faz de la tierra puede ser nuestro dueño, no de otra manera». En la lengua del ser limitada al Sol, junto con otros planetas, y de sus mutuas relaciones con los cielos, la Tierra dice: «Sólo el que posee todas estas cosas puede ser mi dueño, no de otra manera». Supón que las manzanas tuvieran conciencia y que alguien le vas a decir a una de ellas: «Tú eres mi obra de arte», la manzana lo regañaría, diciendo: « ¡Cállate! Si eres capaz de crear a todas las manzanas sobre la Tierra, o más bien si tienes una libre disposición sobre todos los árboles esparcidos en la Tierra que dan frutos, y todos los regalos del Único Todo Misericordioso procedentes del tesoro de la Misericordiaen barcos cargados. Sólo entonces puedes exigir el gobierno sobre mí».
• Como se explicó arriba, ya que las incontables frutas de un árbol dependen de una ley de crecimiento desde un punto central establecido, es tan fácil y factible de crear una sola fruta como muchas de ellas. En otras palabras, la multiplicidad de los centros requiere para una sola fruta tanta fatiga, tantos gastos para todo el árbol, como para manufacturar el equipo militar necesario de un solo soldado se requieren todas las fábricas del ejército. Eso significa que, cuando un solo resultado conectado a numerosos individuos depende de una multiplicidad de centros, tantas dificultades como número de individuos surgirán. De esta manera, la extraordinaria comodidad claramente se ve en todas las especies surgidas de la unidad.
La correspondencia y semejanza en las características básicas entre todos los individuos de una especie y todas las divisiones de un género, prueban que son las obras de un solo Creador, mientras son «inscritas» con la misma pluma y sello. Además, la absoluta facilidad observada en su comienzo de la existencia, la falta de dificultad, requiere, hasta el punto de ser necesario e inevitable, que sean las obras de Un Creador. De otra manera las dificultades que pueden llegar al extremo de hacer imposible su existencia condenarían a ese género y a esa especie a la falta de existencia.
Para concluir: Cuando se le atribuyen a Allah Todopoderoso, todas las cosas se vuelven tan fáciles como una sola, mientras que si son atribuidas a las causas, una sola cosa se vuelve tan difícil como todas las demás. Ya que esto es así, el bajo coste de su sostenimiento y la facilidad extraordinarios observados en el Universo y la abundancia infinita delante de nuestros ojos despliega el sello de Unidad como el Sol. Si estos frutos que obtenemos en tanta abundancia y por tan poco costo no fueran propiedad del Único de la Unidad, incluso si diéramos todo el mundo en pago, no tendríamos una sola fruta para comer, ya que esta necesita la cooperación determinada y consciente de tantos y universales elementos como la tierra, el aire, el agua, la luz, el calor del Sol y la semilla en si, que son todos inconscientes y actúan a disposición de un Solo Creador, que es Allah Todopoderoso. El precio de una sola fruta es todo el universo.
• Precisamente como la vida, que manifiesta la Gracia Divina, es un argumento y prueba para la Unidad Divina, también la muerte, que manifiesta la Majestad Divina, es un argumento y prueba para la Unidad Divina.
Por ejemplo, las burbujas en la superficie de un río muestran la imagen, luz y reflejo del Sol, lo que hace también a su vez los objetos transparentes reluciendo sobre la faz de la tierra. Estos hechos testifican la existencia del Sol. A pesar de la desaparición ocasional de las burbujas resplandecientes sobre el ondeante río (por ejemplo cuando pasa debajo de un puente), la espléndida continuación de las manifestaciones del Sol y el despliegue ininterrumpido de su luz sobre los sucesivos grupos de burbujas que son testigo decisivo de que las pequeñas imágenes del Sol, las luces que aparecen y luego desaparecen, centellean y se pierden, y luego se renuevan, todo en suma es evidencia de un único Sol, duradero, y perpetuo, que continúa manifestándose desde las alturas. Por lo tanto, esas burbujas centelleantes que a través de su aparición demuestran la existencia del Sol, despliegan su continuación y unidad a través de su desaparición y extinción.
Precisamente de la misma manera, estos seres que están en continuo movimiento testifican a través de su existencia y vida la necesaria existencia y Unidad del Ser Necesariamente Existente. Refrendan Su Unidad, Eternidad y Permanencia a través de su decadencia y muerte. Precisamente como la belleza, las delicadas criaturas que son rejuvenecidas y reclutadas junto con la alternación del día y la noche, el verano y el invierno, y el paso de los siglos y épocas, seguramente muestran la existencia, Unidad y Permanencia de Alguien Elevado y Perpetuo con un continuo despliegue de belleza, para que la decadencia y muerte de aquellas criaturas, demuestren que las causas (materiales o naturales) no son otra cosa que un simple velo. Esto es un hecho que decisivamente prueba que estas artes, estas inscripciones, estas manifestaciones, constantemente renovadas, son las inscripciones cambiantes, los espejos movedizos de Alguien con Majestad Totalmente Hermoso.
• Por ejemplo, el diseño y adornos de un palacio perfecto muestran la perfección de la obra de un constructor maestro. La exquisitez de los actos muestra la perfección de los títulos de ese eminente constructor, que especifica su rango. La excelencia de los títulos muestra la perfección de los atributos del constructor que son el origen de su arte. La perfección del arte y los atributos muestran el refinamiento de las habilidades y la capacidad esencial de ese maestro. La perfección de esas habilidades y capacidades esenciales muestran la perfección de la naturaleza esencial del maestro.
Justamente de la misma manera, estas obras intachables observadas en el universo, este arte en los seres del Universo tan bien ordenados, señalan evidentemente la perfección de los actos de un Agente Efectivo y Poderoso. La perfección de esos actos claramente señala la perfección de esos Nombres del Agente Majestuoso. Esa perfección necesariamente señala y testifica la perfección de los Atributos del Majestuoso conocido con los Nombres. La perfección de los Atributos ciertamente señala y testifica la perfección de la capacidad y cualidades esenciales del Perfecto calificadas por aquellos Atributos. La perfección de la capacidad y cualidades esenciales señalan con una certeza tan absoluta la perfección del Único, El Cual posee tanta capacidad y cualidades que todos los tipos de perfecciones observadas por todo el Universo son sólo signos de Su Perfección, insinuaciones de Su Majestad, y alusiones a Su Belleza, en las formas de sombras pálidas y débiles en comparación con Su Perfecta Realidad.
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